La disminución de nivel de riesgo oficial no significa que el peligro haya desaparecido tras 667 incendios en diez días.
Este viernes se produjeron nuevas explosiones en el depósito de munición de la base aérea de Volos, en el centro de Grecia continental.
Las autoridades han establecido una zona de exclusión a su alrededor.
Las ondas expansivas de las detonaciones se oyen a una docena de kilómetros a la redonda. Llegan a romper ventanas en los pueblos cercanos.
En Italia, diez grandes ciudades vuelven a decretar la alerta meteorológica naranja para este fin de semana, tras sólo tres días de tregua entre olas de calor.
El gobierno del país califica este verano de «sin precedentes».
Según datos oficiales las temperaturas máximas han llegado hasta los 48 grados, nivel «por encima de cualquier registro histórico anterior».
La ONG ecologista Legambiente afirma que desde principios de año han ardido más de cinuenta y una mil hectáreas en Italia. 51.386 hectáreas.
En Siria, las olas de calor suponen un grave riesgo para los desplazados: la ONU lanza una advertencia.
En el país, las temperaturas saltan de los 30 a los 46 grados centígrados.
Según la ONU, en el noreste del país, donde hay muchos campamentos de desplazados, la situación puede empeorar aún más, ya que en los campamentos de tiendas de campaña no existe el aislamiento térmico.
Ya se han registrado varias muertes causadas por el calor extremo.
Según datos de la ONU, en julio se registraron al menos 134 incendios en el noroeste de Siria.
Alrededor de 1,9 millones de desplazados viven en unos mil cuatrocientos campamentos o lugares de autoasentamiento en el noroeste de Siria, la mayoría son mujeres y niños.
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