Si todavía tuviera un puesto de control político, como en otro tiempo, Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad, seguramente movería algunas palancas del sistema para impedir la candidatura de Adán Augusto López –sucesor suyo en la secretaría de Gobernación— a la presidencia de la República.
La razón es muy sencilla: es el funcionario de mayor rango y cercanía con el líder de Morena, con quien tuvo el peor roce dentro del equipo de Andrés Manuel López Obrador.
Adán Augusto, sin pelos en la lengua, llamó cinco e irresponsable a Manuel Bartlett y con un soplamocos discursivo lo exhibió y acusó del criminal manejo de las presas del sureste, en perjuicio de la población tabasqueña. Fue necesaria la intervención presidencial para sofocar el sainete.
El ex gobernador de Tabasco colaboró con su amigo el presidente, quien lo llamó a la concordia y cesó sus denuestos, pero la memoria permanece. El recuerdo queda y las palabras difícilmente son levantadas por el viento. Lo dicho, dicho.
“El gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, sostuvo que el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) Manuel Bartlett Díaz, esconde con «cinismo» la irresponsabilidad con la que se actuó en el manejo de la presa Peñitas y que inundó a tres municipios del estado.
“En un mensaje en redes sociales señaló que la empresa desfogó «criminalmente» la hidroeléctrica a más de mil 500 metros cúbicos por segundo, a sabiendas de las consecuencias para la planicie tabasqueña.
“Las expresiones del mandatario se dieron después de que el titular de la CFE, a su salida de una reunión en Palacio Nacional, dijera que le «da risa» la intención de López Hernández de demandarlo, e incluso lo calificó de torpe.
«Primero Bartlett confiesa que cometieron un error de cálculo en la operación de la presa Peñitas y por ello se inundaron Nacajuca, Jalpa y Cunduacán, que por si no lo sabe son de los 17 municipios de Tabasco. Ahora con profesional cinismo dice que «la demanda le da risa», ya habrá oportunidad de hablar en los tribunales», insistió.
«Seguro él (Bartlett Díaz) no lo entiende, pero en este país el cambio es a profundidad, nosotros tenemos confianza en las autoridades judiciales. Ya nadie podrá esgrimir el absurdo argumento de «la luna llena».
“Él y sus burócratas desfogaron la presa Peñitas a más de 1,500m3/segundo y con ello inundaron criminalmente la planicie tabasqueña…
«…Señor Bartlett eso no se llama torpeza, se llama irresponsabilidad y negligencia criminal. A confesión de parte relevo de prueba», finalizó”.
Ahora a Manuel Bartlett lo tunden por otro costado: el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, dicho lo siguiente:
«La asignación de carbón, ‘la grandiosa idea’ de Manuel Bartlett, de darles más carbón a los productores más pequeños y menos a los más grandes, provoca un coyotaje que termina en la explotación de pozos sin la seguridad necesaria para poder cuidar de la vida de los trabajadores», dijo en conferencia.
«Yo creo que dentro de ello existen muchas vertientes, la extracción de cualquier mineral es muy distinta a una mina de carbón y eso hay que entenderlo, debajo de la mina de carbón hay gas y agua, y representa siempre riesgos distintos a la explotación de otro tipo de minerales».
«Creo que tenemos que hacer o podemos hacer mucho siempre y cuando la Federación, como anteriormente se hacía, firme convenios para poder visitar las minas y determinar la viabilidad o no de la extracción», expuso.
«Hoy en día la asignación directa la hace la Comisión, ya no es PRODEMI, no hay nada del estado ahí y nadie mejor que el estado conoce a los productores y a los mineros, en apoyo a que no sucedan accidentes».
A este cuate nadie lo quiere.
Bueno, nadie es un decir; con uno basta. Y ese uno es ysq.
Rafael Cardona