El presidente López Obrador, manifestó este miércoles sus condolencias por el asesinato de dos sacerdotes jesuitas ocurrido en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua, y que es un crimen que ha generado una conmoción en el país y que ya fue condenado incluso por el papa Francisco.
«Ahora lo que nos importa más es encontrar los cuerpos y detener a los responsables, ya se ha avanzado en la investigación», dijo el mandatario durante una conferencia de prensa en la que también explicó que los sacerdotes Joaquín César Mora Salazar, de 81 años, y Javier Campos Morales, de 79, habían trabajado durante mucho tiempo en esa zona marginada.
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Agregó que ya se comprobó la muerte de un civil, Pedro Heliodoro Palma Gutiérrez, y la desaparición de otras dos personas, entre ellas la esposa de una de las víctimas.
«Se está haciendo una investigación, hay ya elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, que actuó de inmediato, hay una búsqueda, ya se tiene identificado al homicida, y vamos a seguir con las investigaciones, también está haciendo lo que le corresponde el Gobierno de Chihuahua«, garantizó.
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El acusado es José Noriel Portillo, alias ‘El Chueco’, líder de la organización Gente Nueva, brazo armado del Cártel de Sinaloa que controla la región, y quien está prófugo. López Obrador subrayó que, a pesar de que es un crimen del fuero común, es decir, que recae a nivel local, decidió enviar a elementos federales para que participen en las pesquisas.
Por otra parte, precisó que la zona de la Sierra Tarahumara en donde se cometieron los asesinatos desde hace tiempo está «infiltrada, penetrada y dominada» por organizaciones criminales.
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