Un claro ejemplo de la falta de apoyos es la estrepitosa caída de la superficie algodonera en la región: En 2016 se sembraron 10 mil 930 hectáreas de algodón; en 2017, 25 mil 789; en 2018, 31 mil 993; en 2019, 31 mil 786; en 2020, 18 mil 240, en tanto que en 2021 la superficie cayó a 13 mil 522 hectáreas.
Sin embargo, para este 2022 las expectativas para la superficie algodonera en el valle de Mexicali son muy bajas. El pasado fin de semana la Secretaría Federal de Agricultura anunció que apenas van sembradas 4 mil 186 hectáreas de algodón, cuando solo faltan 10 días para que acabe el periodo oficial de siembra, aun cuando hay posibilidades de que el plazo se amplíe al 10 de abril, como ha ocurrido en años anteriores.
Cabe señalar que la superficie algodonera programada para este año es de 18 mil 227 hectáreas. Sin embargo, es muy probable que no se alcance a cubrir ni el 50%.
¿Cuáles son las causas por las que el algodón ha caído de manera tan alarmante en los últimos seis años? Fundamentalmente por dos causas: La quita de los incentivos a los agricultores como son los apoyos a la comercialización, a los fertilizantes, al flete y al diesel; además la falta de créditos y la abultada cartera vencida de algunos productores y empresas algodoneras.
El valle de Mexicali-San Luis RC tiene una larga tradición algodonera. Durante las décadas de los 30’s, 40’s y 50’s prácticamente todo el valle de Mexicali y San Luis Río Colorado estaba sembrado con algodón. Sin embargo, a partir de 1965 empezó a bajar la superficie algodonera en la región debido a la caída de los precios de la fibra en el mundo entero y la llegada de las fibras sintéticas.
Durante las décadas de los 70’s y 80’s la superficie de algodón se mantuvo en promedio entre 60 mil y 70 mil hectáreas, lo que mantenía a las plantas despepitadoras con buena actividad, ya que los rendimientos del cultivo aumentaron a promedio de seis pacas por hectárea. Pero en 1991 apareció en esta región la temida plaga de la mosca blanca (Bemisia Tabaci) que propició la caída de la superficie algodonera casi hasta desaparecerla, ya que en el ciclo primavera-verano 1991 se sembraron en Mexicali apenas 800 hectáreas de algodón. Los productores tardaron más de 5 años en encontrar mecanismos para controlar a la plaga y recuperarse de la crisis económica que ésta les provocó. Apenas iban saliendo de la llamada “crisis de la mosca blanca” cuando en septiembre de 1997 llegó por el Golfo de California la tormenta “Nora”, que causó otra devastación de la agricultura en la región y nuevamente los algodoneros entraron en otra crisis económica.
Lo cierto es que para este 2022 las expectativas para el algodón en esta región son bajas y por desgracia los productores no ven que las autoridades -ni federales ni estatales- tengan un plan para resolverlo.
Fuente: La Voz de la Frontera