Carlos Urdiales
Sobre la Marcha
Zulma González García, niña veracruzana que padece diabetes tipo uno, amparada para ser vacunada con el biológico de Pfizer, único aprobado para menores de edad, pone sobre la mesa varios asuntos que merecen atención.
Para alimentar la polarización nuestra de cada día aislemos el tema de los videos de Zulma y sus padres, el reclamo al doctor López Gatelll que como dice una cosa dice otra. Zulma no olvida que el otrora rockstar de la grilla pandémica afirmó que los menores con comorbilidades, es decir, Zulma, deberían ser vacunados. No lo ha sido a pesar del amparo.
Una polémica más cuando el Presidente López Obrador acusó el 3 de septiembre una campaña y una acción concertada detrás de los amparos a niñas y niños. 137 de los 250 recursos promovidos están radicados en cuatro estados. Nado sincronizado, ironizó el mandatario.
¿Por qué la perspectiva de AMLO? El 27 de julio el Presidente criticó la convocatoria a vacunar contra COVID-19 a menores de edad. “No estar sometidos, sujetos, subordinados a que las farmacéuticas sean las que nos digan: falta una tercera dosis, una cuarta dosis, falta que se vacunen los niños. Hay que ver científicamente si es necesario. Es como cuando se va a comprar algo, no debemos de ser consumistas”, sostuvo.
Y Hugo López Gatell, respaldó; “hay una campaña poderosa de opinión inducida por estas empresas”. Huele a negocio remató su jefe.
El caso de Zulma se hace viral porque sus papás respondieron. Les indigna, lastima que autoridades vean su caso como parte de una campaña negra. El asunto crece con respuestas burdas como la del gobernador de Veracruz que invade otra esfera de poder para afirmar que en su tierra -¿feudo?- no se van
a aplicar vacunas a menores de 18 años hasta que haya aval de una instancia científica.
A Zulma y como a los menores de edad que obtengan el amparo de Ley toca recibir la vacuna Pfizer. No es opinión sino obligación y así el Presidente lo ha dicho. Que su gobierno cumple los mandatos judiciales. Sus testaferros confunden filia con porra. Dejemos de lado el caso de la niña veracruzana.
¿Hay lucro con el desarrollo y comercialización de las vacunas antiCovid-19? El valor bursátil de la farmacéutica estadounidense Pfizer (PFE) creció en los últimos doce meses 41.4 por ciento. Sus ingresos superan los 51 billones de dólares. Su expansión estimada para 2022 promedia 60 por ciento.
La británica AstraZeneca (AZN) suma ingresos por 27.4 billones de dólares. Su rentabilidad sobre recursos propios creció 10.7 por ciento. Otra estadounidense, Moderna (MRNA) reporta ingresos por 7.2 billones de dólares, el valor de su acción en el índice Nasdaq aumentó durante el último año 542.6 por ciento. Johnson & Johnson, corporativo que incluye a Janssen Pharmaceutica -vacuna unidosis- tiene ingresos por 89 billones de dólares y su valor aumentó 66 por ciento en el lustro más reciente.
A pesar de la estridencia política doméstica, hay datos rotundos.