El diputado de Morena, Porfirio Muñoz Ledo, y la senadora del mismo partido, Ifigenia Martínez, presentaron el “Decálogo Incluyente sobre la República” que regirá los principios de lo que será el Movimiento por la República, anunciado hace unas semanas por ambos políticos.
A través de una carta que compartió el diputado en sus redes sociales, Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez expusieron 10 puntos con los que hacen su propuesta, y en los que piden respeto a diversos rubros, el cual aseguró busca evitar la centralización del poder y garantizar la división de los mismos.
“Llamado de Ifigenia Martínez y un servidor para un diálogo incluyente sobre el futuro de la República, que impida una mayor centralización del poder y respete tanto la división de poderes, como el federalismo y los órganos constitucionales autónomos”, puntualizó el diputado en la red social.
El decálogo establece que es “fruto de reflexiones compartidas sobre el futuro del país” y que además no pretende convertirse en partido político ni suplantar los existentes.
“Aspira a reflejar el estado de la conciencia ciudadana que exige un cambio democrático profundo por la vía pacífica e institucional”.
También sostiene que plantea ideas claras para renovar el proyecto de nación, lo que permitirá, hacia la segunda parte del periodo presidencial de Andrés Manuel López Obrador, consumar el “movimiento libertario” que inició en 1988.
“Durante la segunda parte del periodo presidencial de Andrés Manuel López Obrador debiera consumarse el movimiento libertario que iniciamos en 1988. Se definirá además el futuro del país para el siglo XXI. Vivimos tiempos crucialmente de la historia de México. Estamos obligados a proponer ideas claras y objetivos asequibles para la renovación del proyecto nacional”, señala.
Entre los 10 puntos del documento destaca el respeto al principio y práctica de la división de poderes; el respeto al sistemas federal y municipal; el respeto al poder judicial, así como a los órganos autónomos y las organizaciones de la sociedad civil.
Reclama respeto para la sociedad civil y sus organizaciones, a los derechos inalienables de los pueblos originarios y las comunidades indígenas, a la pluralidad esencial del país, la libertad de opinión, critica, creación, innovación y disenso, así como a la opinión informada sobre la situación económica y social del país.
Finaliza con la propuesta de respetar «la voluntad soberana de los ciudadanos mexicanos para determinar su forma de gobierno, una gran nación como la nuestra no debe ser secuestrada por caudillismo alguno».