Después de más de siete horas de discusión, y luego de haber desestimado una por una las reservas que presentaron los partidos de oposición, el Senado de la República aprobó en lo general y en lo particular las reformas a la Ley de Hidrocarburos, que buscan echar atrás, en los hechos, la reforma energética de 2013.
La reforma la avalaron 63 senadores de Morena, PES y PT, mientras que 45 legisladores de las bancadas del PAN, PRI, PRD y MC votaron en contra y anunciaron acciones de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte, la reforma a la Ley de Hidrocarburos pasa al Ejecutivo Federal para su publicación.
La minuta de reforma a la Ley de Hidrocarburo tiene como propósito reforzar el control estatal en la distribución y procesamiento de hidrocarburos, así como la suspensión y revocación de permisos en el sector.
La oposición criticó la obediencia de Morena por aprobar una ley que terminará en la Corte y será letra muerta, porque pone barreras a la competencia y frenará las inversiones.
Legisladores de Morena y el Partido del Trabajo celebraron la aprobación del nuevo paquete de reformas que, entre otras, castiga el huachicoleo al retirar la autorización de venta de combustible a las gasolineras que compren combustible contrabandeado, y revocar permisos a quienes vendan litros incompletos de gasolina.
La reforma faculta a la Secretaría de Energía y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para revocar permisos a particulares que reincidan en la comisión de delito de contrabando y alteración de hidrocarburos, petrolíferos o petroquímicos, con la finalidad de acabar con el huachicol y el mercado negro de combustibles.
También se plantea la obligación de los permisionarios de demostrar, previo al otorgamiento de permisos, que cuentan con la capacidad de almacenamiento mínimo de cinco días.