Este momento de recogimiento en memoria del marido de Isabel II coincidió con el momento en que los portadores subían su féretro por las escalinatas que conducen a la capilla donde será enterrado, en el panteón real.

Debido al coronavirus se pidió a los británicos que no se desplazasen hasta Windsor. Aún así algunos decidieron hacer el viajes mientras la mayoría del país seguía el acto por televisión.

Tras el funeral, presidido por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de los anglicanos, el duque debe ser enterrado en privado en la bóveda real de la capilla San Jorge.

Fuente: Excélsior