Y que nos amanecemos con que el Presi se quiere traer a Julian Assange, darle asilo político, pues… ni siquiera lo consultó con el canciller, ahí nomás agarró la papa caliente y se la aventó a Marcelo. Pero ¿por qué?
¿Por qué querría el amado presidentito dañar, más, la nueva relación bilateral que habrá de establecer en los próximos días con Biden?
Las autoridades estadounidenses acusan a Assange de 18 delitos relacionados con la divulgación por WikiLeaks de grandes cantidades de registros militares confidenciales y cables diplomáticos estadounidenses que, según dicen, ponen vidas en peligro, otra vez, ¿para qué querría López ofrecer asilo a esta persona?
Especialistas coinciden en que será difícil para el Gobierno mexicano mantener con Biden la relación transaccional que “logró” con Trump. López entendió pronto el papel que debía jugar y esto permitió algunos “entendimientos” en migración, comercio y seguridad, sin embargo, muchas incógnitas se ciernen hoy sobre ambos países. La principal es la falta de objetivos del Gobierno mexicano en la relación bilateral, algunas de estas dudas comenzarán a despejarse a partir del día 20.
Pero no, ese no es el asunto, ni la relación bilateral, ni Estados Unidos, ni Julian Asange, eso al presidente, como varias otras cosas, le importan un soberanísimo cacahuate… el pasado fin de semana fueron publicadas unas fotitos de la estancia del subsecretario Hugo López-Gatell en una playa del sur de México, en pleno pico de la epidemia de covid-19 y después de semanas en que las autoridades instaron la ciudadanía a no viajar y quedarse en casa, lo que desencadenó reacciones indignadas en redes sociales, donde días atrás se filtró una fotografía del rockstar abordando un avión rumbo a Huatulco, hablando por teléfono y con el cubrebocas en la barbilla.
La serie de fotografías en las cuales aparece el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, debajo de una palapa y con el océano atrás, supuestamente en Zipolite, Oaxaca-, revivieron las críticas.
En los comentarios, se expone el doble discurso de Gatell, quien día tras día desde el arranque de la pandemia, en marzo pasado, instó la población a quedarse en su casa, a no reunirse con sus cercanos y a quedarse lejos de los demás, principalmente desde que la Ciudad de México y la Zona Metropolitana regresaron al semáforo rojo.
El pasado 30 de diciembre, López-Gatell anunció desde su cuenta de Twitter que las conferencias de prensa vespertinas sobre la situación de la epidemia de covid-19 en México reiniciarían el lunes 4 de enero; al día siguiente, el funcionario fue captado en una fotografía, mientras subía a un avión rumbo a Huatulco con el cubrebocas mal puesto.
A todo eso, en la mañanera del 4 de enero, López Obrador defendió al subsecretario de Salud, pues aseguró que «también los servidores públicos tienen derechos». Cuestionado sobre las imágenes filtradas el fin de semana, se limitó a decir que no opinaría sobre la vida privada del también vocero en temas de Covid-19. Aunque afirmó que ha «trabajado bastante» y «muy intenso» desde el inicio de la pandemia…. Según.
«Ya su situación en lo personal prefiero que él sea el que lo explique, nosotros tenemos que reconocer lo que están haciendo los servidores públicos, que bien que haya ese escrutinio público, pero también el servidor público tiene derechos», manifestó.
Inmediatamente después de eso, que sale con la puntada de Assange, ¿qué es eso? Pues una cortina de humo, el mártir de la pandemia en México, necesitaba una ayudita, y no, ese incendio no se va a apagar así nomás, pero quede bien claro que de que lo ayudó, lo ayudó.
Puntadas más, puntadas menos.
Aletia Molina
@AletiaMolina