Gracias por asomarse a la Ventana…
El Aeropuerto militar de Santa Lucía entra a la guerra, y a la parálisis…
Sus líneas de abastecimiento están suspendidas, amparos y más amparos lo sitian y acosan por todas partes; hasta los cerros frenan su construcción…
Hoy, la Base Militar Número 1 de la Fuerza Aérea Mexicana libra una guerra mediática, política, aeronáutica y ecológica, con el apoyo del Poder Judicial…
Es un combate jurídico en el cual están, por una parte, los batallones de abogados y por otra la falta de claridad del proyecto, lo que afecta su viabilidad. Al menos por ahora…
El juez Octavo de Distrito en el Estado de México, concedió un par de suspensiones definitivas a las demandas promovidas por organizaciones ciudadanas…
Eso significa que por ahora no se puede hacer nada hasta que termine el juicio de amparo, el cual puede durar un año o más…
La “Batalla de Santa Lucía” ha llegado a puntos nunca vistos: el presidente arremete contra los abogados que gestionan amparos y contra jueces que los conceden…
Los abogados se quejan por la satanización y el presidente advierte que no lo van a callar…
Quienes atacan la obra magna de Santa Lucía, -entre otros el colectivo #NoMásDerroches, que ha interpuesto 147 demandas-, son quienes iban a hacer grandes negocios con el nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad México, en Texcoco, asegura el presidente…
Mientras tanto, López Obrador ordena inundar las obras casi abandonadas del aeropuerto cancelado, y ahogado, no podría resucitar…
La batalla aérea de Santa Lucía podría terminar en una guerra bajo el agua, con acorazados, submarinos y torpedos…