El Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, que se conmemora cada 26 de junio y evoca la fecha en que, en 1987, entró en vigor la Convención de las Naciones Unidas contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
El uso de la tortura está absolutamente prohibido por el derecho internacional, en todo momento y en cualquier circunstancia.
El Artículo 14 de la Convención, ratificada hasta hoy por 159 países, afirma que los Estados deben velar por que las víctimas obtengan reparación. Esto abarca los medios para lograr la rehabilitación más plena posible para todas las víctimas, tanto si son adultos como si son niños. En el Artículo 39 de la Convención de los Derechos del Niños se estipula que los Estados deben adoptar todas las medidas apropiadas para promover la recuperación física y psicológica y la reintegración social de los niños que han sido víctimas de la tortura.
Con la tortura se trata de destruir la personalidad de la víctima despreciando la dignidad intrínseca de todo ser humano. Las Naciones Unidas han condenado desde sus comienzos su práctica por ser uno de los actos más aborrecibles que los seres humanos cometen contra sus semejantes.
Miles de víctimas y sus familias necesitan de la asistencia especializada que a menudo los Estados no llegan a proporcionarles. El Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Torturacolma esta brecha mediante la asistencia financiera a organizaciones que, a su vez, proporcionan ayuda directa médica, psicológica, humanitaria, social y jurídica a las víctimas y sus familias.
Esta fecha es propicia para renovar y aumentar el respaldo a este mecanismo fundamental. Es asimismo un recordatorio del sufrimiento continuo de decenas de miles de víctimas que necesitan ayuda urgente.
Fuente: Staff