Cada año hacia el final o en ocasiones a principios del nuevo año, como en esta ocasión, hago un recuento del año que terminó y trato de vislumbrar el futuro que la esperanza del nuevo año nos depara. Este año que terminó, con la muerte de mi madre, el comienzo de la 4ª Transformación y los sucesos con el desbasto de la gasolina, retrasaron mi rutina anual. Les llamo mis reflexiones de fin (o principio) de año y lo acompaño escuchando música clásica. Ahora lo hago escuchando la armónica de Indiara Sfair. Le invito a hacerlo querido lector mientras lee mis líneas.
En principio la nueva administración no trae buenos augurios para el uso y conservación de los recursos naturales, nuestro capital de vida. El poco o nulo énfasis en los temas ambientales en lo que el gobierno del cambio ha llamado su Proyecto de Nación, (porque no ha presentado un Plan Nacional de Desarrollo que por ley debe emitir) es indicador de lo poco que le preocupa el tema, salvo su proyecto Sembrando Vida para sembrar árboles maderables y frutales sin un estudio técnico que lo avale, es desalentador por decir menos.
Hay varios temas que preocupan y que nos indican esta última reflexión.
En nuestra región, que vive del turismo, un grupo de expertos reunidos este año en un coloquio que concluyó esta semana, en un documento leído por el rector de la facultad de Turismo de la Universidad Anáhuac, expresaron “México debe frenar la sobre explotación ecológica que sufren la mayoría de los destinos turísticos de este país (Cancún, La Rivera Maya, Los Cabos, Vallarta, Acapulco, Cd. De México) y mitigar su huella ambiental. La industria turística de nuestro país es responsable del 8% del PIB. La sostenibilidad es parte del negocio”.
También nos preocupan dos mega proyectos de esta administración, el Aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya que se piensan realizar sin los estudios técnicos que la ley exige. Si así nos fue con el gobierno de Peña Nieto que hacía como que hacía, imagínese usted querido lector con un gobierno que ni siquiera hace la finta de cumplir con la ley ambiental.
“El tren Maya tiene que ser sometido a un análisis integral, estudiar qué impacto ambiental y cultural tendrá”, declaró Julia Carabias en su ingreso al Colegio de México en Agosto pasado. “El tren cruzará por varias Áreas Naturales Protegidas por las que no tendría que pasar, como Kalakmul”. También criticó el impacto de sembrar especies maderables y árboles frutales en la selva Lacandona como pretende el programa Sembrando Vida de AMLO. “Hay que tener mesura en una de las zonas más frágiles e importantes para la biodiversidad en nuestro país”, pidió la bióloga.
“Tenemos que garantizar que ni por la prisa, ni por la necesidad de arrancar los proyectos, se vayan a cometer atropellos en las comunidades y procesos productivos que muchos son ya sustentables. Regiones enteras dependen de estos dos factores. Ponemos en riesgo una región muy importante por su biodiversidad y el agua”, concluyó la científico mexicana.
En nuestra región los últimos beneficiarios del turismo y su derrama económica son los pobladores originales, es decir campesinos y pescadores, quienes son desplazados y relegados a servir como empleados por un sueldo de hambre.
AMLO declaró que no permitirá siembra de trans génicos ni la realización de técnicas de fracking para obtener gas shale y petróleo que contaminan grandes cantidades de agua, cosa que celebramos, pero no ha modificado la ley de biodiversidad que permite los transgénicos y tampoco las leyes secundarias de la reforma energética que lo permiten (fracking), tan sólo lo ha declarado.
Modificar la Ley de Aguas residuales que entrega concesiones de explotación a particulares y privatiza el recurso. Aunque hay aciertos como las reservas en los acuíferos, sin embargo su manejo y uso racional en la práctica deja mucho que desear.
En lo referente a justicia ambiental, la reducción al presupuesto de SEMARNAT, CONANP y otros organismos descentralizados con CONAGUA; CONAFOR, etc. indican que no es prioridad la justicia ambiental en este proyecto de nación. Faltan planes de manejo en muchas de las ANP´s, son solo en el papel. En el gobierno de Peña se asesinaron a 161 defensores ambientales, no se ven mecanismos encaminados a su protección, ni de los periodistas que fue uno de los temas que planteó Jean Michel Cousteau durante su estancia en México en noviembre.
Respecto a costas, mares e islas que es un tema que nos afecta directamente no hay mención respecto a la restauración ecológica de las islas, asegurar el cumplimiento y la publicación de los programas de manejo que faltan como el de la Gran Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano, ANP enorme, hasta ahora solo en el papel, sin personal ni presupuesto también. Lograr su desarrollo sustentable, como lo pidieron en el Foro los expertos en turismo. No hay propuestas, ni siquiera planes.
Estuvimos fuera de la isla 90 días, compromisos nos anclaron en la capital el país. Vivimos en carne propia este asunto de la escases de combustible. Lo hemos vivido y estamos acostumbrados. En la CdMx al menos lo ocasionó la sobre demanda del producto, la compras de pánico. En nuestra isla cada ocasión que un huracán es anunciado sucede. Se vacían los supermercados y escasea la gasolina y el agua.
Acostumbrados a ello, utilizamos el transporte público, metro y camiones, caminamos y disfrutamos una ciudad más amable, más tranquila, menos contaminada y con la mayoría de la gente que apoya a su presidente. Rn el reporte al IPCC de este año se informa que el transporte es la principal fuente que contamina el país. Y son en su mayoría los autos particulares, solamente el 13.7% de las personas posee auto en México. Es bajo si se compara a países como Suecia, Holanda, Dinamarca o Inglaterra solamente que en esos países la gente realiza muchos viajes en transporte público, bicicleta o camina. Es decir no quema tanta gasolina como nosotros. En Holanda realizan el 30% de sus viajes en bicicleta y el 18% a pie. Casi la mitad de los viajes.
Tomé una fotografía como unas personas vaciaban unos garrafones de agua para poner en ellos gasolina durante esta crisis. Algo fundamental está mal cuando colocamos en primer lugar a nuestro automóvil sobre algo tan esencial como el agua, tan vital para nosotros como el aire que respiramos.
Caminamos por la ciudad, turisteamos por Los Pinos y nos impresionaron dos hechos. Lo vacío que dejaron la residencia los últimos inquilinos y la oficina de la casa de Lázaro Cárdenas donde firmó la expropiación petrolera. Es increíble hasta donde han quebrantado desde el gobierno de Miguel De La Madrid hasta el de Peña Nieto a una empresa que representaba el 31% de la recaudación fiscal y que llegó a ser el 78% de la misma.
Es increíble cómo ha permeado el crimen organizado en nuestro país. De ser ciertos los datos que aporta la investigadora periodística Ana Lilia Pérez exilada en Alemania debido a sus publicaciones documentadas sobre el lavado de dinero en México que incluye El cartel negro (sobre el involucramiento del narcotráfico en la venta de gasolina robada) y Pemex RIP sobre el involucramiento de los directivos de la paraestatal en su desfalco y desmantelamiento.
Esto lo hemos permitido todos. Pemex, a decir de la autora, vendía el 70% de la gasolina por fuera y nosotros la comprábamos y pagábamos su sobre precio. No solamente perdiendo 4 horas en las filas para cargar gasolina, sino al tener este tipo de vida que privilegia al automotor, todos hemos sido huachicoleros. En mi humilde opinión es una buena oportunidad para cambiar nuestros hábitos de consumo como siempre esta columna lo ha pregonado.
