El total de decesos por la explosión de un oleoducto la semana pasada en el centro de México subió a 114, informaron las autoridades el sábado, mientras que 33 víctimas siguen hospitalizadas.
El secretario mexicano de Salud, Jorge Alcocer, dijo que 46 personas heridas murieron en hospitales. Alcocer agregó que quienes siguen internados corren un gran riesgo de contraer infecciones renales, cardiovasculares y respiratorias debido a que inhalaron un aire tan caliente que les quemó las tráqueas y los bronquios. Tres pacientes están siendo tratados en Galveston, Texas.
La tragedia ocurrió el 18 de enero, en una toma clandestina de un oleoducto que derramaba gasolina en el pueblo de Tlahuelilpan. El combustible se incendió posteriormente, en medio de una enorme bola de fuego. La gente que estaba cerca del lugar murió incinerada al instante.
Fuente: AP