El número de manifestantes, conocidos como chalecos amarillos, que hoy cumple su sexto sábado de protestas en los Campos Elíseos en la capital francesa, disminuyó considerablemente al comienzo de las vacaciones de Navidad.
Sólo un puñado de activistas se manifestaron este sábado cuando el movimiento se relajó en contraste con el caos de los fines de semana anteriores, mientras grupos de turistas pasearon por la avenida cerca del Arco de Triunfo y la carretera permaneció abierta para el tráfico.
La semana pasada se desplegaron unos 69 mil miembros de las fuerzas del orden, ocho mil de ellos en París, apoyados por vehículos blindados de la gendarmería.
Algunas de las protestas del sábado, 22 de diciembre, también tendrán como fin exigir a empresas como Google, Amazon, Facebook y Apple, que paguen impuestos pues los manifestantes las acusan de evasión.
El movimiento de los “chalecos amarillos” surgió en Francia a mediados de noviembre pasado, primero como una protesta por el alza de impuestos al combustible y luego como una reivindicación de mejora generalizada de las condiciones económicas y sociales.
Como medida de protección, el Palacio de Versalles, a las afueras de París, se cerró este día después que los manifestantes anunciaron que estarían en el famoso castillo que fue sede de la sucesión de reyes franceses hasta la Revolución Francesa en 1789.
Se han registrado al menos nueve fallecidos en relación con estas manifestaciones, principalmente por accidentes de tráfico, así como al menos dos mil 891 heridos entre civiles y policías.
Un automovilista murió anoche al chocar contra un camión que había sido detenido en un punto de bloqueo de los “chalecos amarillos” a la entrada de una autopista cerca de Perpiñán (sureste de Francia), según fuentes oficiales.
Este fallecimiento eleva a diez el número de muertos vinculados con las manifestaciones y bloqueos de los “chalecos amarillos”.
Este viernes, la Asamblea Nacional francesa aprobó recortes tributarios para trabajadores de bajos ingresos en un intento por acabar con las violentas protestas que iniciaron el 17 de noviembre.
Pese a que las manifestaciones han disminuido en intensidad, se estima que cuentan con el apoyo de un 70 por ciento de la población del país.
París ha sido escenario de violentos enfrentamientos en las manifestaciones anteriores de este movimiento que nació como una protesta contra el alza prevista del precio de los carburantes -que fue suspendida- pero acabó reflejando un malestar más general.
Varias de las exigencias centrales de los “chalecos amarillos”, llamado así por las prendas fluorescentes de los manifestantes, se encuentran todavía en discusión, entre ellas el establecimiento de un sistema de consultas de iniciativa ciudadana y la eliminación de los privilegios de los políticos.
Fuente: 24 Horas