Colegio Rébsamen: Heridas que no sanan

Publicado por
Aletia Molina

La historia de Fernando Flores es una de tantas que parten el alma, un dramático relato sobre el derrumbe de Colegio Rébsamen en la Ciudad de México el pasado 19 de septiembre de 2017. El colapso de la escuela y la muerte de 18 menores de edad causó una herida profunda en todo el país.

Flores era el padre de Santiago, un niño que apenas cursaba segundo año de primaria, según revela para The New York Times. Aún tiene fresco el recuerdo su pequeño saludándolo cuatro días antes de la catástrofe mientras impartía una conferencia sobre los terremotos en la capital, así como de la lucha contra la corrupción para evitar que se presentaran catástrofes.

El 19 de septiembre su vida cambió por completo. Santiago estuvo entre los niños que perdieron la vida aquella trágica tarde. Actualmente, ejerce un puesto administrativo en una escuela, debido a que no se siente listo para tratar con un salón lleno de jóvenes estudiantes.

Irónicamente, el Colegio Rébsamen es uno de los edificios que todavía no ha sido demolido, después de que los padres protestaran contra se completa destrucción por la posibilidad de que se eliminaran pruebas clave para la investigación.

Los padres de los niños que se encontraban en el Colegio Rébsamen, tanto aquellos que lograron sobrevivir como los que perdieron la vida en el terremoto, reconocen que es difícil pasar a diario y ver el lugar de la tragedia. Algunos padres incluso optaron por mudarse de casa, un intento por escapar de aquellos recuerdos fatídicos. No lo han logrado.

La investigación sobre el Colegio Rébsamen sigue su curso, la cual perfila a la directora de la escuela, Mónica García Villegas, como la principal responsable de la tragedia. Actualmente, sigue en calidad de prófuga de la justicia, mientras que el director responsable de obra, Juan Mario Velarde, se encuentran en prisión preventiva desde el pasado mes de julio.

La causa del colapso, según los estudios de los peritos, fue la modificación y construcción de nuevas estructuras en el plantel. La ampliación del departamento en el cuarto piso sin reforzar las columnas, así como el empleo de materiales pesados para una terraza, provocó el colapso del edificio.

Desgraciadamente, los escombros cayeron en el área de las escaleras, justamente el sitio donde quedó atrapada la mayoría de los estudiantes.

A raíz de la tragedia del Rébsamen, algunos de los afectados se han involucrado en campañas y movimientos para exigir a las autoridades federales el monitoreo constante de las escuelas, sin importar si son públicas o privadas. Los daños en más de 12 mil instituciones educativas confirman que el reclamo tiene completa justificación.

El caso del Colegio Rébsamen fue un episodio trágico, una herida que permanece abierta y que nunca sanará para los padres que no vieron volver a sus hijos a casa aquel trágico 19 de septiembre.

Fuente: http://www.sexenio.com.mx

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Aletia Molina