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Se disparan los delitos en la Ciudad de México

Publicado por
Aletia Molina

Para Gustavo, 2017 fue igual que para miles de capitalinos: la inseguridad lo alcanzó, no se sintió seguro en su departamento, en su negocio, en su vehículo, usando el transporte público o caminando, fue víctima de la violencia en tres ocasiones; robaron su casa, su cafetería y lo asaltaron en calles de la delegación Benito Juárez. En todas las ocasiones salieron a relucir las armas de fuego y sólo denunció una vez.

Él no cree en las cifras que exponen las autoridades capitalinas en las que aseguran que la incidencia delictiva va a la baja y que la inseguridad es sólo cuestión de “percepción”. Cambiar de residencia no es opción, pues sabe que la inseguridad es latente en todo el país. “Uno piensa que aquí, en la famosa Ciudad de México estás seguro, pero hasta que te pasa de todo te das cuenta que no, y cuando eres víctima el panorama cambia”.

“Sales con miedo, gastas más en seguridad y no estás tranquilo, eso ya no es vida”, dice la víctima, quien detalla que cuando fue a levantar la denuncia correspondiente por su tercer robo, el agente del Ministerio Público —ya en confianza— le reveló que debido al exceso de trabajo, los delincuentes nunca son detenidos y cuando son capturados, es mera coincidencia.

En 2017, en la Ciudad de México, los homicidios dolosos, el robo a transeúnte, a casa habitación, a conductores de vehículos, a clientes en restaurantes y a usuarios de transporte público incrementaron considerablemente, según estadísticas de la Procuraduría capitalina, que su titular Edmundo Garrido Osorio, entregó el pasado 9 de noviembre a diputados de la Asamblea Legislativa.

Se disparan cifras. Según el documento, la incidencia delictiva —en el comparativo correspondiente a 2016-2017— incrementó 11.4%, y aunque en algunos delitos la Ciudad de México está por debajo de la media nacional, en otros mostró un aumento, por ejemplo, en los homicidios dolosos, en los que salieron a relucir las armas de fuego, tal como se puede constatar con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Los números reflejan que en ese mismo periodo, por ejemplo, los delitos del fuero común incrementaron 11.4%; los de alto impacto, 6.5%, y los de bajo impacto, 12.4%. En este rubro se destaca también que 82% del total de los delitos se cometieron sin violencia de por medio.

Aunque el dato podría ser alentador, en realidad no es así, ya que es una táctica que utilizan los delincuentes menores para —en caso que de ser detenidos— recibir algún beneficio de la reforma penal, pues al no haber violencia y sin este agravante, se juzga al imputado en el delito de robo simple, el cual se castiga con un máximo de seis meses en prisión.

Las estadísticas revelan también que en ese periodo, el homicidio doloso creció 20%, cifra que hace 30 años no se registraba en la capital del país. De igual manera y debido a que las armas de fuego abundan en las calles de la Ciudad, las lesiones dolosas por estos artefactos subieron 31.5%. En estos delitos no hay justicia, pues del total de carpetas de investigación, se consignó apenas 0.8% de imputados como presuntos responsables.

Detallan también que el robo en todas sus modalidades fue lo que más afectó al ciudadano. El robo a repartidores incrementó 12%; a transeúnte, 8.1%; de auto, 1%, y el rubro a conductor creció 5%.

Se encendieron las alarmas en las cifras de robo dentro del Sistema de Transporte Colectivo Metro. Este delito sorprendentemente aumentó 226%, al igual que el robo a restaurantes y comensales, que se triplicó en este mismo año. De apenas 23 casos que se registraron en 2016, hasta diciembre de 2017 se abrieron un total de 87 carpetas de investigación.

Se advierte que las cifras presentan variación, dependiendo de la fuente consultada, así como del periodo que se compara.

Acusan falta de estrategia. El problema ha despertado el interés de especialistas en temas de seguridad, quienes argumentan que el incremento en los robos se debe principalmente a una falta de estrategia de las corporaciones policiacas. Aseguran, por ejemplo, que la Secretaría de Seguridad Pública tiene una de las fuerzas más numerosas del país, pero de nada sirven todos esos elementos si no se sabe cómo operar.

Fuente: El Universal

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Aletia Molina