Esta temporada de premiaciones se ha tratado de qué responde al espíritu de los tiempos, o al menos eso es lo que muchas personas en medios (me incluyo) se han estado diciendo a sí mismas y a ti. Las nominadas a mejor película deberían lidiar con el movimiento #MeToo o con las ansiedades en esta era Trump.
Pero ¿eso es cierto? ¿Cómo se explica el que un cuento de hadas sobre una conserje que se enamora de una criatura marina se ha vuelto el filme a vencer?
La forma del agua es protagonizada por Sally Hawkins, cuyo personaje entabla una relación con una criatura amazónica cautiva en un laboratorio gubernamental, y ya consiguió trece nominaciones al Oscar; la mayor cantidad en la competencia de este año. También se ha hecho con algunos premios de cara a la premiación de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas: el Sindicato de Directores estadounidense le dio a Guillermo del Toro el galardón este fin de semana, dos semanas después de que el Sindicato de Productores le dio el máximo premio a la película.
El que un filme de fantasía haya llegado a este punto es muy poco común. Aunque algunas películas de ciencia ficción y de fantasía han llegado a ser nominadas a mejor película (Avatar, El origen, Sector 9 y Mad Max: Furia en el camino), con la excepción contada de El señor de los anillos: El retorno del rey es difícil pensar en alguna otra que se haya llevado la corona. Aunque debe decirse: si Del Toro se hace con el galardón a mejor director, como se prevé suceda, será la cuarta vez que un cineasta mexicano consigue ese premio en cinco años. ¡Viva México!
La trayectoria ganadora de La forma del agua sí ha tenido tropiezos. No la nominaron a mejor actuación de un elenco en los Premios del Sindicato de Actores (SAG) y, como han hecho notar algunos pronosticadores, ninguna película ha ganado el Oscar a mejor filme sin haberse hecho con una nominación del SAG desde 1995, cuando lo hizo Corazón valiente.
Sin embargo, aunque la película que ganó el premio de elenco del SAG fue Tres anuncios por un crimen, lo que parecería volverla la competencia más fuerte para La forma del agua, el realizador de ese filme, Martin McDonagh, no fue nominado a mejor director; Del Toro, sí. Así que ventaja para el hombre-pez.
Carpetbagger, el blog especializado en premiaciones, les preguntó a algunos expertos de Hollywood y votantes de la academia el por qué creen que La forma del agua ha quedado al frente de la contienda. Las respuestas fueron tan variadas como los colores de las escamas de la criatura acuática.
Entre las ideas: la película no solo está hecha con belleza, sino que tiene resonancia emocional. Es una película de género elegante que dice algo nuevo. Algunos atribuyeron el éxito a la admiración que muchos en la industria tienen hacia Del Toro; otros dijeron ver la mano escondida de expertos en mercadotecnia y en hacer campaña para premios pese a una trama que consideraron ya conocida. Algunas personas indicaron que el furor que rodea a la película no tiene nada que ver con el espíritu del momento y que los integrantes de la academia en realidad no piensan en eso cuando votan. En cambio, otros más opinaron que el filme sí estaba completamente integrado a la realidad actual por el trío de personajes que tienen la de perder –una mujer muda a la que acosan sexualmente, una mujer negra y un artista gay que vive en el clóset– que trabajan para ayudar a un “otro” que es satanizado por el hombre del gobierno.
Entre quienes realmente aman La forma del agua está Michael Shamberg, productor nominado al Oscar que ha trabajado en filmes como Erin Brockovich (2000) y Reencuentro (1983). En una conversación telefónica, Shamberg dijo que la película “toca todas las bases de lo que debe hacer el cine”.
“Está bien diseñada, bien filmada, con buen vestuario, bien actuada, bien hecha y te conmueve”, dijo Shamberg. “Lo que hizo Del Toro fue decir algo muy emotivo sobre las conexiones humanas y el amor utilizando el vocabulario del cine de género. Y por ello es que la gente ha respondido”.
Shamberg se rio ante la idea de que los votantes de la academia “piensan en lo meta cuando se trata de una película con el fin de mandar un mensaje”, y añadió: “No hay un lente influenciado por Trump que ha cambiado el voto de alguien en esta categoría. Los Oscar celebran el arte de hacer cine y es muy raro que las mejores películas no ganen”.
Dennis Rice, consultor en temas de distribución y mercadotecnia fílmica que ha trabajado para Miramax y Disney, dijo que el que muchas personas hayan sido conmovidas por La forma del agua ayuda a explicar por qué le ha ido tan bien.
También atribuye su éxito a una campaña publicitaria de primera que, dijo por correo, “se ha enfocado en la conexión emocional que ha tenido el público a la película y eso ha ayudado a las personas a no tener tan en mente las partes de esta que se quedan cortas, como una trama poco original”, que describió como una mezcla de La bella y la bestia, Splash y El monstruo de la laguna negra.
La forma del agua rompe los límites entre la realidad y la fantasía y temas de actualidad.
El mismo Del Toro ha dicho que su propósito era hacer una versión de La bella y la bestia con un hombre anfibio al estilo Laguna negra y que había querido rodar una película así desde hace décadas, un detalle que ha sido parte de la campaña por el Oscar: era el proyecto que lo había apasionado por mucho tiempo.
Del Toro, afable y que parece tener una capacidad para maravillarse cual niño, se ganó el afecto de la industria particularmente después de hacer El laberinto del fauno, estrenada en 2006, uno de sus cuentos de hadas para adultos. “No iba nada más a ponerle un traje de superhéroe a alguien y ganar mucho dinero”, dijo Rice, el consultor. “Rompe los límites entre la realidad y la fantasía y temas de actualidad”.
Algunos sí creen que esos temas de actualidad son parte de La forma del agua.
Christine Langan, directora ejecutiva de Baby Cow Productions y exjefa de BBC Films, dijo que fue gratificante ver, en estos momentos en que la voluntad de una mujer es tema de discusión, a una protagonista que no puede hablar pero que aun así domina la trama. Langan también ve en la película una forma de validación del cine, “un recordatorio de por qué la gente va a sentarse y ver algo”; es algo reconfortante para personas de la industria preocupadas por la competencia que presentan los servicios de emisión en continuo y las pantallas chicas. La forma del agua “tiene varias capas y es inteligente, pero también accesible y vendible en la cultura dominante”, dijo Langan. “Es mágica”.
Y Langan también recalcó la participación de Hawkins, inglesa, en el elenco. “Tiene una delicadeza impresionante que sugiere tanto”, dijo Langan, un sentir que probablemente comparten varios integrantes del contingente británico de los votantes de la academia.
Donna Gigliotti, productora ganadora del Oscar que ha trabajado en películas como Talentos ocultos (2016) y El lado bueno de las cosas (2012), dijo que el aumento de votantes de orígenes internacionales en la academia también va a apuntalar al mexicano Del Toro (la industria ha sido criticada por la falta de reconocimiento a integrantes latinos y de ascendencia hispana, aunque La forma del agua ya había atraído reflectores desde antes de ese escándalo). “Es visto como un artista, y lo es”, dijo Gigliotti.
Claro que también son vistos así otros que compiten con Del Toro, como Christopher Nolan (quien es, asimismo, extremadamente británico). Pero aunque su drama Dunkerque es la película más “estilo Oscar” que ha hecho a la fecha, y lo volvió acreedor a su primera nominación como mejor director, no ha desatado tanto furor.
Dunkerque, con ocho nominaciones, se enfrenta a La forma del agua en muchas de las categorías de arte y cuestiones técnicas como edición o diseño de producción, consideradas menos “espectaculares” que las de actor y director. Además, la historia sobre un rescate durante la Segunda Guerra Mundial no recibió nominaciones a actuación. Por más virtuosa que sea en matera fílmica, la falta de protagonista por los varios puntos de vista que adopta posiblemente significó que el público no tenía con quién identificarse o hacer una conexión.
“Es un logro fílmico mientras que La forma del agua es muy humana”, dijo Langan. “Cumple con una necesidad actual de generar esperanza”.
Así que henos aquí. En este momento de #MeToo y de políticas polarizadas, Del Toro ha logrado el equivalente fílmico del suavizante para telas –con todo y escenas candentes en el baño entre los protagonistas–: es reconfortante para todos.
Fuente: NYTimes