Las refinerías de la costa oeste de Estados Unidos respirarán aliviadas este mes, a medida que México retome los envíos de petróleo desde la refinería Antonio Dovalí Jaime, en Salina Cruz, Oaxaca, tras cuatro meses de interrupciones por causas como incendios o terremotos.
Petróleos Mexicanos (Pemex) levantó el cese por fuerza mayor impuesta a la refinería en junio, y está trabajando en la primera carga de crudo desde la terminal, según un portavoz de la empresa, quien pidió no ser identificado por razones de política interna.
La restricción a los envíos se impuso después de que un incendio afectase a la refinería del complejo petrolero, tras la inundación causada en la zona por la tormenta tropical Calvin. Justo cuando se iban a retomar las operaciones, un terremoto golpeó al país el mes pasado, retrasando la reanudación de las operaciones.
Sin el acceso al puerto, el petróleo mexicano debe seguir una ruta mucho más larga a través del Canal de Panamá para alcanzar la costa oeste, aumentando el tiempo de entrega.
“Deberíamos ver algunas exportaciones mexicanas saliendo de Salina Cruz ahora”, afirma Robert Campbell, jefe de investigación de productos de petróleo en Energy Aspects en Nueva York, en un correo electrónico.
Es probable que ahora el petróleo mexicano compita con más fuerza por las importaciones de la costa oeste de Estados Unidos contra sus pares del Golfo Pérsico, como Kuwait e Irak, dijo Andy Lipow, presidente de Lipow Oil Associates en Houston.
“Se ha aumentado la disponibilidad de petróleo mexicano en el mercado de la costa oeste”, explicó vía telefónica. El levantamiento de la orden de fuerza mayor permite “que cantidades adicionales de crudo mexicano lleguen más rápidamente a la costa oeste”.
En cuanto a la refinería del complejo, no se espera que las operaciones se retomen hasta mediados de octubre, dijo el miércoles el máximo responsable de Pemex, Antonio González Anaya.
La planta de Salina Cruz produce 330 mil barriles de petróleo por día, siendo la más grande de México, y ha estado fuera de servicio intermitentemente tras el incendio e inundación de junio y el terremoto del mes pasado. Eso significa que ahora hay más crudo mexicano a disposición de las refinerías estadounidenses. “El petróleo que Salina Cruz habría procesado está ahora disponible para los mercados de la costa oeste y eso genera un impacto importante”, dice Lipow.
Fuente: El Financiero