El presidente ruso, Vladímir Putin, cumple este sábado 65 años sin deseos de jubilarse ya que, según todos los analistas, es más que probable que en breve se presente a la reelección.
«No sólo aún no he decidido contra quién voy a presentarme, sino que tampoco he decidido ni siquiera si voy a postular mi candidatura», dijo esta semana.
Aunque Putin mantiene la intriga sobre cuándo presentará su candidatura, en realidad la única duda es si se postulará como independiente o con el respaldo del partido oficialista, Rusia Unida.
Según la prensa, Putin podría dar la gran noticia en el Festival Internacional de la Juventud de Sochi a mediados de este mes; en vísperas del centenario de la Revolución Bolchevique en noviembre, o en su conferencia de prensa anual en diciembre, a más tardar.
Cuando le han cuestionado sobre la conveniencia de jubilarse, él siempre ha respondido que no es excepcional que los jefes de Estado se mantengan en el cargo durante largos años y suele traer a colación el caso del canciller alemán Helmut Kohl, que estuvo en el poder durante 16 años.
Sea como sea, el líder ruso no baja el pistón, y es que se encuentra en plena campaña para lograr un nuevo mandato presidencial de seis años que le permitiría estar en el poder hasta 2024, casi un cuarto de siglo.
Con la excepción de sus crónicos problemas de espalda, los observadores le buscan las cosquillas, pero Putin se mantiene en forma, como se pudo ver en agosto durante su tradicional escapada siberiana para pescar y bañarse en un lago.
Es verdad que con el paso del tiempo ha reducido su agenda de viajes al extranjero, aunque la implicación del Kremlin en los asuntos internacionales no ha hecho más que aumentar desde su intervención militar en Siria.
Su papel de árbitro en el arreglo de varios conflictos internacionales y su vitola de hombre más influyente del mundo, según la revista «Time», han hecho incluso que sonara este año como candidato al Nobel de la Paz.
Putin celebrará su cumpleaños como es habitual en él, como un «esclavo en las galeras», es decir, trabajando, ya que tiene prevista una reunión con los miembros del Consejo de Seguridad de Rusia.
Pese a tratarse de los 65 años, el líder ruso no se limitará a celebrar su onomástica en la intimidad, como el año pasado, sino que compaginará la reunión familiar con sus obligaciones profesionales.
Fuente: MVS