Decenas de miles de residentes de la capital financiera de Alemania, Fráncfort, evacuaron sus casas el domingo antes de la planeada desactivación de una gran bomba de la Segunda Guerra Mundialdescubierta en el solar de una construcción.
Los artificieros tenían previsto comenzar sus labores poco después del mediodía (1000 GMT), pero el Departamento de Bomberos dijo que hubo retrasos porque algunas personas se negaron a irse.
Helicópteros equipados con cámaras sensibles al calor sobrevolaban en círculos la zona para identificar a los rezagados y los jefes policiales advirtieron que harían uso de la fuerza si era necesario para desalojar el área, asegurando que un estallido no controlado del artefacto podría reducir a escombros una cuadra.
Unas 60 mil personas recibieron orden de salir del lugar, en la mayor maniobra de este tipo que se realiza en el país desde el fin del conflicto bélico. Más de mil integrantes de servicios de emergencia ayudaron en las labores.
Un flujo constante de personas acudió al refugio temporal instalado en el complejo de la feria comercial de Fráncfort, mientras otros esperaban sentados en cafés cerca del límite de la zona de evacuación.
El artefacto fue hallado la semana pasada en el frondoso distrito de Westend, hogar de muchos banqueros. El radio obligatorio de evacuación de 1.5 kilómetros incluye comisarías, dos hospitales, sistemas de transporte y el Banco Central, que posee 70 mil millones de dólares en reservas de oro.
Los artificieros usarán un sistema especial para intentar desactivar a distancia los fusibles de la bomba HC 4.000. Si fracasa esta opción, se usará un chorro de agua para cortar las conexiones.
La bomba fue lanzada por la Real Fuerza Aérea británica durante la guerra de 1939-45, dijeron funcionarios locales. Aviones británicos y estadunidenses descargaron 1.5 millones de toneladas de bombas que mataron a 600 mil personas.
Las autoridades alemanas estiman que un 15 por ciento de las bombas no llegaron a explotar y algunas quedaron enterradas incluso a seis metros de profundidad.
Fuente: Excélsior