Deportes

Balance, Ritmo y Perfección. Por Bolívar Roblero

Publicado por
José Cárdenas
Por Bolívar Roblero
En gustos, dice el dicho se rompen géneros, hay quienes dicen que la obra cumbre de la música clásica son“Los Conciertos de Brandemburgo” de Johan Sebastian Bach; otros opinan que “las Cuatro Estaciones” de Vivaldi son excelsas, muchos otros (yo entre ellos) prefieren la dulzura melódica deTchaikovsky.
Sin embargo, muchos son los directores de orquestas sinfónicas que consideran que la perfección en el enlace de las notas, el ritmo,  la cadencia de la melodía y los contrastes tonales más perfectos fueron alcanzados por el último de los grandes de la música clásica Sergei Rachmaminoff (quien por cierto recibió gran influencia de Tchaikovsky), con su “Concierto Número 2 Para Piano”, su primer movimiento solemne y vigoroso, abre el telón para un segundo movimiento, dulce y melancólico que refleja el carácter romántico y un poco depresivo de su autor; finalmente el tercer movimiento es una recopilación majestuosa y más sonora del primer movimiento y un cierre espectacular (yo, lo reconozco, estoy enamorado de esta pieza musical).
Entre los años 40 y 50 Frank Sinatra tomó algunos fragmentos del concierto 2 de Rachmaminoff para cantar sus éxitos “Full Moon, Empty Arms” y “I think of you”; un cuarto de siglo después fue Eric Carmen quien retomó el concierto para crear su melancólica “All by Myself”. Las tres piezas se convirtieron en éxitos que el público aplaudió.
Alcanzar tal perfección es difícil en cualquier campo del quehacer humano, incluso en el Futbol Americano, en 51 temporadas desde la fusión de ambas ligas, solamente un equipo ha logrado coronar la temporada perfecta: aquellos legendarios Delfines de Miami de 1972, que lograron terminar la temporada regular con 14 victorias sin derrota y en postemporada hilvanaron otras 3 victorias para coronarse invictos en elSuperbowl VII.
Encabezados por su headcoach Don Shula, con Bob Griese como mariscal de campo y una potente ofensiva por tierra encabezada por Larry Csonka y Mercury Morris y una defensiva que no recibió tantos reconocimientos como la ofensiva, pero que era eficiente, en la cual brillaron Dick Anderson y Jake Scott estos Delfines perfectos derrotaron en fila al inicio de la temporada a Jefes, Petroleros, Vikingos y Jets; pero en el quinto juego ocurrió algo que pudo haber cambiado todo, Griese salió lesionado y su lugar fue tomado por el QB veterano Eral Morrall, quien encabezó la ofensiva durante los últimos 9 partidos de la temporada regular, completando la inesperada “blanqueada” (el único equipo que puso en vilo el invicto de Delfines fue Bills, que terminó perdiendo por un solo punto: 24-23 a favor de Miami) . Como sembrado número dos de la Conferencia Americana, Delfines recibió en su estadio a Cleveland a quien derrotó por 20 a 14, ganándose el derecho de disputar el pase al Superbolw con Pittsburgh en el legendario “Estadio de Los Tres Ríos”, el partido terminó con una sufrida victoria para Miami 21-17.
El Superbowl VII lo jugó contra Pieles rojas de Washington en el Memorial Coliseum de los Ángeles, el 14 de Enero de 1973, en el primer cuarto los Delfines (ya con Griese en el campo) se fueron adelante por 7 puntos; en el segundo incrementaron su ventaja con otro touchdown de Larry Csonka; Washington se fue en cero, en gran medida gracias al excelente trabajo defensivo de Jake Scott y sus compañeros, quienes maniataron a la ofensiva Piel roja durante tres cuartos, y sólo permitió un touchdown a sus rivales cuando el partido estaba prácticamente definido (no por nada fue nombrado el JMV del Superbowl), así con ese escuálido 14-7 los Delfines coronaron la única temporada perfecta.
13 años después los poderosos Osos de Chicago con su formidable defensiva de los “Monstruos del Midway” arañaron la posibilidad de la temporada perfecta, durante los primeros 12 juegos dominaron y en ocasiones aplastaron a sus rivales, sin embargo en el juego número 13 y por ironías del destino los propios Delfines le arrebataron el invicto con un inesperado 38-24 (el mayor número de puntos que permitió en 1985 la defensiva de los Osos) recuperados del tropiezo Chicago no perdería otro juego y aplastaría a sus rivales incluso en el Superbowl XX donde “masacró” a Nueva Inglaterra.
Y curiosamente fue Patriotas precisamente el otro equipo que rozó la temporada perfecta en 2007, donde hilvanó 18 victorias consecutivas y llegar invicto al Superbowl XLII, dónde cayó lastimosamente frente a los Gigantes de Nueva York en un cerradísimo juego que terminó 17-a 14.
De esta esta manera cuando hablamos de Balance, Ritmo y Perfección harmónica en cuestión de música debemos referirnos a Sergei Rachmaminoff y cuando hablamos de futbol Americano debemos citar, únicamente a los Delfines de Miami de 1972.
Un último apunte, los sobrevivientes de aquel glorioso equipo invicto, se reúnen y descorchan botellas de champagne cuando, cada temporada, cae el último invicto, la pregunta es: ¿descorcharán botellas este año? (hay en Las Vegas apuestas que aseguran que este año Patriotas de Nueva Inglaterra podría alcanzar, ahora si la temporada perfecta) ¿Apostaría Usted?
Compartir:
Compartir
Publicado por
José Cárdenas