México está llegando a su punto más violento en décadas. Con más de 100 mil muertos, 30 mil personas desaparecidas y miles de millones de dólares gastados en la lucha contra el crimen organizado, el problema no ha desaparecido. Por algunas medidas, parece que solo está empeorando.
El último par de meses han puesto registros particularmente ominosos: más escenas de homicidio han surgido en México que en cualquier momento desde que se comenzó a llevar las cifras de homicidios dolosos hace 20 años, asegura el New York Times.
Según el Reporte Mensual del número de víctimas de homicidio en averiguaciones previas y carpetas de investigación iniciadas por las agencias del Ministerio Público, en la primera mitad del 2017 han ocurrido 22 mil 805 asesinatos.
En todo el 2014, según el mismo reporte, ocurrieron 35 mil 996 homicidios; en todo el 2015, 36 mil 289 y en el año pasado 39 mil 851.
Si las cifras de asesinatos no desaceleran su paso, podrían registrarse un total de 45 mil 610 homicidios en el transcurso del 2017.
“La administración de Peña Nieto subestimó o malinterpretó seriamente la naturaleza del problema que México estaba experimentando”, dijo David Shirk, profesor de la Universidad de San Diego especialista en la guerra contra las drogas, para el New York Times.
“Ellos pensaron que al usar el marketing podían cambiar la conversación y enfocar la atención de la gente en todas las cosas buenas que estaban sucediendo, y lejos del problema de la violencia que ellos pensaban que era exagerado”, añadió.
El año en curso también podría representar para México el de mayor cantidad de homicidios dolosos desde que se empezaron a llevar registros de este crimen en 1997.
Hasta el momento, el más mortífero ha sido el 2011 con 22 mil 852 homicidios dolosos, en la mitad del 2017 han ocurrido 12 mil 155, esto según las cifras del Centro Nacional de Información.
Una vez más, si la tendencia continúa, este año podría reportar 24 mil 310 homicidios dolosos, superando por casi dos mil al 2011, el año con mayor incidencia de este delito hasta el momento en 20 años.
La estrategia de Estados Unidos y México de perseguir sin descanso a los líderes de alto rango de los cárteles parece que no ha amortiguado la violencia. Al contrario, algunos expertos creen que la extradición del más famoso narcotraficante mexicano, Joaquín “El Chapo” Guzmán a Estados Unidos este año, generó la última ola de violencia a medida que varias facciones buscan llenar el vacío de poder que ha dejado su ausencia.
El año pasado, el gobierno federal envió a los marinos, al ejército y a la policía militar para el combate frontal contra el crimen organizado. Las operaciones se dispararon en los primeros meses de 2017, pero el resultado fue el mismo: los homicidios subieron aún más, indica el New York Times.
Desde que México le declaró abiertamente la guerra al narcotráfico en el sexenio de Felipe Calderón, la violencia parece que lejos de cesar, aumenta.
Fuente: Staff