Todo empezó cuando dos científicos alemanes, Otto Hahn y Fritz Strassmann descubrieron en 1938 la fisión nuclear, es decir, la obtención de energía por medio de la manipulación de los núcleos de uno o varios átomos. El descubrimiento dio la vuelta al mundo y la comunidad científica estaba a la expectativa.
Uno de los científicos que vio el potencial de la nueva fuente de energía fue Albert Einstein, quien en una carta dirigida al presidente de Estados Unidos, Franklin Roosevelt en 1939 advirtió del uso del uranio en la generación de energía y además del potencial para crear bombas muy poderosas.
Sin embargo el ambiente político mundial era tenso ya que el 1 de septiembre de ese mismo año iniciaría la Segunda Guerra Mundial, teniendo entre los beligerantes al dictador alemán Adolfo Hitler cuya ideología amenazaba al mundo.
La empresa de crear este nuevo artefacto fue faraónica. En 1942 el presidente Harry S. Truman pone a cargo en el proyecto a Robert Oppenheimer. Millones de personas fueron reclutadas para el proyecto, sin conocer a ciencia cierta de qué se trataba. El gobierno fue cuidadoso en este sentido. Sin embargo, siempre existe el riesgo de fuga de información.
Con lo que no contaban era que la Unión Soviética, otra potencia en el conflicto mundial, tenía dos espías infiltrados en el proyecto nuclear, por lo que Stalin, estaba al tanto de las novedades.
Mientras se desarrollaba la bomba, Estados Unidos peleaba con el Imperio japonés tanto por la invasión a China, como por el ataque sorpresivo a la base de Pearl Harbor en el pacífico.
La guerra continuaba y el avance nazi era temido por Occidente, a los norteamericanos les preocupaba que Hitler tuviera al alcance el poder de la bomba nuclear por lo que era imperioso terminar la bomba antes que ellos.
Estados Unidos tenía otro problema: necesitaban uranio 235 el cual llevaba mucho tiempo extraerlo de fuentes naturales. A pesar de esto decidieron utilizar plutonio para la primera prueba, un material más fácil y rápido de obtener.
El lugar fijado para la prueba fue en el suroeste de Estados Unidos, una zona desértica de Alamogordo, Nuevo México.
Con mucha expectativa se programó la explosión de la bomba el 16 de julio de 1945 en el sitio establecido. A las 5.29 de la mañana la prueba denominada “Trinity” se realízó con éxito. Una gran nube en forma de hongo se alzó unos 12 kilómetros y fue visible muchos más y la onda de choque se sintió a más de 100 kilómetros a la distancia. La explosión dejó un crater de unos 300 metros de diámetro.
Mientras se desarrollaba la prueba, el presidente Truman se encontraba en Berlín en la Conferencia de Potsdam, definiendo el futuro de Alemania. Truman fue informado y en un momento de la reunión hizo ver a Stalin de que ellos tenían una nueva arma, sin embargo esta noticia no era nueva para los soviéticos.
Los japoneses se resistían a capitular a pesar de la derrota de Alemania en la guerra. Estados Unidos insistía en que Japón se rindiera incondicionalmente.
Una serie de acontecimientos y la amenaza de que Rusia rompiera el pacto presionaron a utilizar la nueva arma estadounidense en la guerra.
El 6 de agosto de 1945 la aeronave Enola Gay sobrevuela la ciudad japonesa de Hiroshima y a las 8.15 hora local, deja caer la bomba de unos 4 mil kilos y 16 kilotones de potencia denominada Little Boy la cual explotó a 500 metros del suelo.
La explosión causó la típica nube de hongo. Al despejarse se podía ver el impacto de la bomba, destruyendo en cuestión de minutos una floreciente ciudad y con ella a unas 80 mil personas.
A pesar de la devastación de Hiroshima, los japoneses se mantenían en resistencia. Nunca se imaginaron lo que vendría después.
El 9 de agosto se repetiría la debacle, esta vez en la ciudad de Nagasaki. La bomba Fat Man fue lanzada desde un bombardero B-29 llamado Bockscar.
Debido al terreno de la ciudad murieron entre 38 y 80 mil personas, a pesar de que la bomba tenía una potencia mayor a la lanzada sobre Hiroshima.
Truman justificó el bombardeo sobre Japón para poner fin a la guerra y evitar más muertes, ante una eventual invasión.
La radiación mataría a unas 50 mil o más personas, dados sus efectos secundarios.
Los japoneses capitularían finalmente en septiembre de ese mismo año.
Estos dos ataques han sido los únicos a la fecha en que las armas nucleares se han usado en guerra. El mundo pudo ver con sus ojos el horror de la nueva era nuclear.
Estados Unidos no sería la única potencia con armamento nuclear. Se les sumaría la Unión Soviética la cual haría su primera prueba de bomba nuclear el 29 de agosto de 1949. Doce años después, los soviéticos detonarían la que hasta ahora es la bomba atómica más poderosa: la bomba del Zar, el 30 de octubre de 1961.
La competencia de las dos potencias estaba en liza, tal y como se puso de manifiesto en octubre de 1962 con la crisis de los misiles, uno de los tantos momentos de tensión mundial en los que se pensaba que sería el fin de la humanidad.
En este caso prevaleció la diplomacia sobre la fuerza militar.
En 1968 se firma el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares como una medida de las Naciones Unidas para la restricción en la posesión de armas nucleares. Según el acuerdo únicamente cinco naciones (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Unión Soviética (después Rusia) y China) se les permite la posesión de armas nucleares. Los países firmantes de este tratado, según la ONU son 191.
Durante la guerra fría, conflicto post-segunda guerra mundial entre Estados Unidos y la Unión Soviética el desarrollo de las armas nucleares continuó y la tensión era latente.
Con la caída del régimen soviético comunista en 1991 se esperaba más avances en el desarme nuclear pero las expectativas fueron cambiando con el paso del tiempo y la presencia de otros actores.
Además de los países nuclearmente armados, existen otros estados que se encuentran fuera del tratado de proliferación de armas, siendo estos: Israel, India, Pakistán y Corea del Norte, éste último abandonó el tratado en 2003.
El régimen de Corea del Norte mantiene una tensa relación con Estados Unidos, se desconoce a ciencia cierta la magnitud del arsenal nuclear coreano. En los últimos años su líder, Kim Jong-Un ha hecho alarde del poderío nuclear ante el mundo, una de estas últimas demostraciones fue el 4 de julio de 2017 cuando lanzó “con éxito” un misil balístico internacional, el cual según analistas podría alcanzar Alaska.
Estados Unidos en los últimos meses ha hecho también alarde del poderío militar. El 15 de abril de este año realizó un ataque en Afganistán, en contra del denominado Estado Islámico, en el cual lanzó la bomba GBU-43 MOAB, llamada la “madre de todas las bombas” aunque esta arma es no nuclear tiene un poder de destrucción como el de la bomba que destruyó Hiroshima. Rusia asegura que tiene en su arsenal una bomba más potente que la MOAB, a la que llama “padre de todas las bombas”.
Muchos analistas tienen puntos de vista diferentes respecto a la situación actual y los conflictos entre Estados Unidos y Corea del Norte, para tranquilidad del mundo esperemos que la diplomacia nuevamente triunfe.
Fuente: Prensa Libre
#EnContexto ¿Qué destruiría una bomba como la de Hiroshima en el DF?