Internacional

Empresas suplican a Trump que no abandone el Pacto del clima

Publicado por
Aletia Molina

El cambio climático es inevitable. Lo alerta la comunidad científica desde hace años, pero también las grandes corporaciones metidas en el negocio de la energía como las petroleras Exxon Mobil y Chevron o el conglomerado industrial General Electric. Hacen piña con las tecnológicas Apple, Google, Microsoft e Intel, las marcas de indumentaria Nike, Gap y Levi´s o la cadena de cafeterías Starbucks, que advierten de que la negación del calentamiento global pone en riesgo la prosperidad de Estados Unidos (EU).

Son algunas de las empresas que representa el poderío económico del país norteamericano en el mundo, que llevan meses intentando convencer y hasta suplicando al presidente Donald Trump para que el país no se retire del pacto de sobre el clima alcanzado en París en diciembre de 2015. Estas corporaciones quieren tener un asiento en el proceso que se seguirá a partir de ahora para aplicar los términos del acuerdo global y así aportar su perspectiva.

EU es actualmente el segundo emisor de gases de efecto invernadero por detrás de China. Le sigue Europa e India. Rex Tillerson, el emisario diplomático de la Administración de Donald Trump, dirigió hasta hace unos meses Exxon Mobil y es uno de los miembros del gabinete que apoya la continuidad en los acuerdos de París. También Gary Cohn, su principal asesor económico y antiguo ejecutivo de Goldman Sachs.

Tim Cook, consejero delegado de Apple, llamó el martes a la Casa Blanca en un último intento por convencer a Donald Trump para permanecer en el pacto global. Elon Musk, fundador del fabricante de coches eléctricos Tesla, amenazó por su parte con dejar el grupo de empresarios que asesora al presidente en materia económica si al final Trump decidía distanciarse de los acuerdos de París. «No tendré otra opición», admitió.

Trump se inclinó hasta ahora por la dirección opuesta. Considera que el cambio climático es una “farsa” y se apoya para justificar su postura en informes que auguran que aplicar los compromisos para reducir las emisiones acabarán eliminando seis millones de empleos. Otros economistas disputan estos cálculos, porque no tienen en cuenta las oportunidades de empleo en otras industrias. «Será un error colosal», valora la presidenta de HP, Meg Whitman.

El mercado de la energía es global y el repliegue puede crear una desventaja competitiva a EE UU. China invirtió el pasado ejercicio 103.000 millones de dólares (91.000 millones de euros) en energías limpias frente a 39.000 millones de euros de EE UU, cuando Barack Obama era aún presidente. La lógica es que habrá un incremento de la demanda por las tecnologías que permitirán la transición a las energías limpias y eso creará empleo en estos sectores.

Fuente: El País

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Aletia Molina