Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene en sus manos parte de la solución para evitar la ordeña de ductos, pero este es un problema de seguridad pública, como lo es el secuestro, la piratería, o la trata de personas, es decir esta es una línea de negocio de la delincuencia organizada, es así de grande, pues no sólo roban combustibles, sino otros productos.

Consideró lo anterior, la especialista en temas de energía, Miriam Grunstein quien precisó que Pemex puede implementar sistemas especializados que se han recomendado mucho y que son sistemas automatizados para procesos industriales y el cambio en la presión de los ductos podría ser detectado, así como la inserción de una toma clandestina .

En entrevista con José Cárdenas, comentó que el problema de este sistema es que se pueden inyectar otros líquidos a los ductos para que no sea fácilmente detectable el cambio de presión.

«Son una serie de factores que se pueden implementar, pero por otra parte es como una cuestión carcinógena, es decir, donde ya mataste un tumor, ya te salieron tres, es un problema sistémico porque, en primer lugar hay que saber dónde están los ductos y donde saber poner las tomas clandestinas, que no es un juego de niños», comentó.

Dijo que de acuerdo con ingenieros, el sistema de poliductos está muy a ras de tierra y a veces los delincuentes auxiliados por Pemex pueden detectarlos con un simple detector de metales por lo que también es necesario profundizar los ductos lo cual debe estar regulado en una Norma Oficial Mexicana o Internacional.

Comentó que es muy grave que parece que existe una coparticipación de ciertos empleados de Pemex con la delincuencia organizada y eso puede suceder por dos razones; porque haya técnicas intimidatorias o porque están contentos con el negocio, «yo he oído ambas versiones».

Refirió que no sólo es el robo de ductos, sino a terminales de almacenamiento en Burgos, los condensados los robaban e incluso hay juicios de Pemex en contra de empresas internacionales que compraban estos condensados y este problema es sistémico, así como el problema de los asaltos a los carros-tanques de la empresa mexicana.

«No estamos hablando de bandas pequeñas, sino de un negocio muy armado que es la segunda fuente de ingresos del cártel principal, que parece que son Los Zetas», indicó la especialista en temas de energía.