“Es posiblemente la última gran oportunidad que tenga”, declaró el excampeón mediano el lunes en una conferencia telefónica al dar inicio a la semana previa al duelo en Las Vegas. “Es la pelea más grande de mi carrera por el momento en que se me presenta esta oportunidad… por la cantidad de gente que va a mirar la pelea”.
A sus 31 años, el hijo del seis veces campeón mundial Julio César Chávez entiende que el futuro de su carrera depende del nivel que pueda exhibir en el duelo de boxeadores mexicanos.
Su última gran pelea se remonta a 2012, cuando el argentino Sergio Martínez le arrebató el cetro mediano. Sus vicisitudes posteriores son hartamente conocidas: una suspensión por consumo de marihuana, un arresto por conducir en estado de ebriedad y algunos combates para los que se presentó en malas condiciones o con sobrepeso.
Cuenta con un par de victorias en las tres peleas que ha disputado desde 2015.
“Estaba más joven. La inexperiencia fue la que me hizo no hacer las cosas correctas. Ahora tengo más experiencia. He aprendido de los errores cometidos”, aseguró Chávez.
Enfrentarse a Álvarez le abre las puertas al ‘Junior’ para redimirse en diversos sentidos, por su reputación, el nombre de su legendario padre, ganarle a su némesis mexicano y callar a sus detractores.
“Es todo en general, pero lo que me resulta más importante es demostrar que estoy apto para estar en los primeros niveles del boxeo mundial”, dijo Chávez (50-2-1, 32 nocauts).
“Somos dos mexicanos. Es una pelea que tenía mucho tiempo calentándose y que va a marcar el futuro de los dos como peleadores”, añadió.
Y hay otro aspecto que quiso recordar ante los pronósticos que se inclinan a favor de Álvarez: “peleo mejor cuando tengo una pelea importante”.
Aunque no pugnarán por un campeonato mundial, Chávez y Álvarez afrontan el combate como una cita trascendental. El antagonismo entre los dos es palpable.
El mes pasado, Álvarez (48-1-1, 34 nocauts) habló de un ingrediente personal: “interesa más el orgullo que cualquier otra cosa”.
Acerca la enemistad con el “Canelo”, Chávez sostiene que la misma no tiene una “razón específica”.
“Puede ser un buen punto que yo sea el hijo de Julio César Chávez, pero nadie escoge eso. Voy a demostrar que soy algo más que el hijo de Julio César Chávez”, afirmó.
La pelea del sábado se pactó en un peso de 164,5 libras, un factor que a juicio de Chávez deja vulnerable a Álvarez.
Fuente: Hoy.com