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El huracán que viene…

Publicado por
José Cárdenas

Colaboración de Carlos Ferreyra 

 

1.- Los que dicen que saben, aseguran que la clase política de alcurnia, así como importantísimos hombres de empresa, igualmente de altísimo nivel, no logran conciliar el sueño y están acabando con los somníferos de las farmacias del barrio. De sus barrios.

Tienen por qué preocuparse: don Joaquín El Chapo Guzmán, detenido en una cárcel en Nueva York, está despepitando todo lo que sabe sobre la protección al narcotráfico en nuestro país. Y en afán de obtener ciertos privilegios, lo que no sabe lo inventa.

Las fortunas nacidas al calor de quién sabe qué circunstancia se encuentran en riesgo. Si es que alguien se atreve a meterse con los hombres de capital, cosa de dudarse porque ¿quién ignora los caminos para llegar al top ten de los archimillonarios mundiales?

Cada quien píense en quien le dé la gana, pero no hace demasiados años, había una cadena de televisión poderosa, monopolista e impositiva; de pronto surgieron competencias regionales unas, nacional la más grande. Y de la nada nacieron diarios y negocios aledaños.

Como signo de que pronto tendremos terremotos y huracanes procedentes del norte, que obligarán al gobierno a tomar medidas alrededor del comercio y distribución de drogas.

¿Recordará el lector cuando hablábamos de El Chapo del sexenio? Tiempo de Fox y no se trataba de un juego de palabras, sino del narcotraficante que hizo su salida, que no fue fuga, del Penal de alta seguridad cuyo nombre quedó como “Puerta Grande”. En confesión cínica o admisión de la inutilidad de nuestras fuerzas del orden, se informó que el delincuente fue recapturado por la labor de inteligencia de organismos gringos.

Por segunda ocasión fugado, en Estados Unidos premiaron a una policía estatal uniformada creo que de Texas, para mayor vergüenza de nuestras fuerzas del orden, que siguió la pista de don Joaquín nada menos que cuatro meses. Y ella, personalmente, le puso las esposas.

Hoy, sometido a las represiones contenidas en los códigos carcelarios gringos, el sujeto se queja de que sólo ve el sol una hora al día, se siente triste, solitario, no lo dejan ver a su familia y, en fin, no le respetan sus derechos humanos. Los mismo que él respetó enviciando niños, jóvenes y asesinando competidores.

Como señal de que el amorcito sinaloense de Kate está cantando más alto y claro que Plácido Domingo en gala de ópera, lo muestra la aprehensión del fiscal o ex procurador nayarita Edgar Veytia, al que las autoridades del país del norte pretenden decomisarle 250 millones de dólares.

El sujeto sustituyó como jefe de operaciones del Pacífico y norte del país a don Chapo, con quien compartirá sus ocios en Nueva York. Fue investigado cuatro años por las policías de Estados Unidos; aquí, puso los cimientos para el Cártel Jalisco, Nueva Generación, ubicando la sede en Monterrey, y en Nayarit, respetuosas las autoridades, dejan que siga operando su concesión como notario público.

Habremos de esperar sismos y huracanes sobre el imperio toluqueño, despreocupado de las desfachateces de Trump y de riesgos del creciente poder narco con actividad beligerante en los centros turísticos de la nación. Lo importante es ganar el Estado de México, conservar el poder allí…

2.- Solidario, el gobierno mexicano expresa su dolor por las víctimas del deslave en una población colombiana; fueron 250 muertos hasta ahora y el recuento de los desaparecidos aún no termina. Ni el de lesionados.

Remite la memoria al Callejón del Huaylas, en Perú. Año de 1970, día final de mayo, cuando se registró un terremoto en la costa del Pacífico que afectó a la zona donde está el monte Chimborazo y Ancash, una de las más hermosas y turísticas de Perú. Al Callejón de Huaylas se le ha conocido desde siempre como la Suiza americana. Sus paisajes son incomparables y, sí, muy alpinos.

Para la agencia en la que laboraba, Prensa Latina,  el desastre tuvo especial importancia. Hubo muertos, alrededor de 72 mil más otros 30 mil que jamás aparecieron. Cien mil personas sepultadas por un  deslave que transformó el callejón en una cañada de poca profundidad.

La tragedia fue de tal magnitud que, como ejemplo, la ciudad de Huaraz, con 20 mil habitantes, quedó destruida casi toda con más de 10 mil muertos. La mitad de la población.

Territorio lejano al centro del país, se conoció cuando el llamado Instituto Lingüístico de Verano (ILV), órgano de penetración cultural estadunidense, usó sus radiofrecuencias para informar del desastre. Era tan grande el daño, que en Lima, donde gobernaba el general Juan Velasco Alvarado, no se creía posible.

Enviaron a la zona aviones militares que comprobaron que los poblados del Callejón habían desaparecidos con todos sus habitantes. Y que en las zonas agrícolas la tragedia había sido igual: los campesinos que sembraban con coa y arado, quedaron sepultados por el aluvión.

Santiago Álvarez, cineasta cubano, inmortalizó el desastre en una película en la que reprodujo los momentos en que de los macizos montañosos se desprendían millones de toneladas de lodo que se concentraban en el centro del Callejón, enterrando en vida a más de cien mil personas.

Y curioso, nunca hubo real solidaridad ni tanta publicidad por este desastre. Y es que el general Velasco era golpista.

carlos_ferreyra_carrasco@hotmail.com

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José Cárdenas