El poder de compra del salario mínimo retrocedería al menos cuatro por ciento al cierre de 2017 ante las recientes previsiones de que la inflación podría superar el cinco por ciento, estimó Basilio González, presidente de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami).
Por la mañana de ayer, el Banco de México (Banxico) dio a conocer su Encuesta sobre las Expectativas de los especialistas en economía del sector privado, que estima que la inflación cerrará en 5.39 por ciento este año.
“El incremento —salarial— que tuvimos al inicio del año fue de 9.2 por ciento y si la inflación sólo llegara al 4 por ciento y no se diera una condición diferente pues los trabajadores todavía tendrían una ganancia de 4 por ciento”, señaló González.
Tras el foro “El futuro del empleo en México”, organizado por Amedirh, OIT y Conocer, dijo que el ‘gasolinazo’ impactó el poder adquisitivo del salario pero no borró el incremento que se dio en el salario mínimo al inicio del año.
González agregó que hasta el momento la Conasami no ha recibido ningún documento o propuesta del sector obrero en el que se demande alza al salario mínimo para hacer frente a los aumentos en los precios de las gasolinas, tarifas eléctricas y gas doméstico.
Respecto a las condiciones para un incremento en los mínimos durante el transcurso del año, expuso que dependerá de las empresas y sindicatos, y de las condiciones económicas que esos sectores valoren, así como esperar los datos de empleo del primer trimestre del año que publique el INEGI.
Por ahora, indicó, el Consejo de Representantes de la Conasami está en un análisis continuo de los resultados del informe de la Comisión Consultiva “y esperamos terminar de definir la nueva política de salarios mínimos por junio, julio o agosto de este año”.
Por su parte, Thomas Wissing, director de la oficina para México y Cuba de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dijo los aumentos deben ser parte de una estrategia de recuperación del salario mínimo como componente de la política laboral y de impulsar un mayor ingreso de los trabajadores en un escenario donde México se está orientando más hacia su mercado interno y pueda tener un efecto dinamizador sobre éste.
Fuente: El Financiero