Los 27 líderes de la Unión Europea (UE) rubricaron ayer en Roma su compromiso con el proyecto europeo que fundaron hace 60 años, pese al inminente divorcio con el Reino Unido, en una declaración conjunta en la que afirmaron: “Europa es nuestro futuro común” donde no hay espacios para populismos y nacionalismos.
Ni el arranque del Brexit —la salida del Reino Unido de la UE— ni la amenaza populista que llega desde Francia o Alemania han impedido renovar el compromiso de los líderes del bloque 60 años después de la firma de la declaración del Tratado Roma, base y origen de la organización.
Ayer, los máximos representantes de la UE, todos salvo Reino Unido, firmaron la declaración, subrayando la unidad e indivisibilidad de los Estados miembros y la voluntad de seguir avanzando en el proyecto europeo. Además de los mandatarios de la Unión, firmaron el documento los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y de la Eurocámara, Antonio Tajani.
La firma se realizó con la misma pluma con la que se rubricó el acuerdo el 25 de marzo de 1957. “Hay firmas que duran”, comentó Juncker tras dejar su rúbrica. Asimismo, apeló a seguir apostando por la UE, sobre todo con las elecciones francesas a un mes de distancia.
Por su parte, Tusk llamó a los firmantes a “probar que son los dirigentes de Europa”. “La UE después de Roma debe ser, más que antes, una unión de mismos principios, con una soberanía exterior, con unión política”. También afirmó que “sólo una Europa soberana garantiza la independencia de sus naciones y la libertad de sus ciudadanos”. De hecho, redujo el futuro a dos opciones: “Europa como entidad política será en unión o no será en absoluto”.
“Actuaremos juntos, a distintos ritmos y con distinta intensidad cuando sea necesario, mientras avanzamos en la misma dirección, como hemos hecho en el pasado, de conformidad con los tratados y manteniendo la puerta abierta a quienes quieran unirse más adelante. Nuestra Unión es indivisa e indivisible”, subraya el texto.
En tanto, la canciller alemana, Angela Merkel, incidió en el compromiso de “trabajar juntos, a veces a distintas velocidades, pero unidos. Sabemos que Europa ha pasado por momentos difíciles, pero debemos superar estas dificultades y seguir adelante con el proyecto común”, agregó Merkel.
El anfitrión, el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, también apostó por el optimismo. Sostuvo que la incapacidad de tirar adelante el proyecto durante la crisis ha dado alas al resurgimiento de nacionalismos, pero estos son “cortos de miras”. Y ve Roma como un nuevo comienzo: “La Unión vuelve a estar en marcha de nuevo… y tiene una visión para los próximos 10 años”, dijo.
Fuente: Crónica