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Rolling Stones publican nuevo disco: Blue & lonesome

Publicado por
Aletia Molina

Confirmando al pie de la letra lo que anunciaron a bombo y platillo el pasado octubre, los Rolling Stones publican hoy su nuevo álbum Blue & lonesome (Polydor), un homenaje al blues esencialista oficiado con una entrega y convicción sobresalientes. Se trata, además, del primer álbum de estudio desde que grabaron en el 2005 A Bigger Bang, obra de recuerdo y trascendencia casi efímeros.

Con la nueva obra, el mayor grupo de la historia del rock en activo regresa de alguna forma a sus orígenes, tanto musicales como interpretativos, hace ya más de medio de siglo. Regresa a sus comienzos en los albores de los años sesenta cuando eran un grupo de británicos blancos abducidos por el blues primigenio, interpretando las versiones que les salían en vivo dentro del estudio de grabación y, sin pausa, grabándolas en un santiamén.

Algo de eso han vuelto a hacer en esta ocasión, según confesión de sus protagonistas, ya que en tres jornadas solventaron el asunto. En aquellos días del pasado octubre, cuando trascendieron las características del nuevo lanzamiento, o durante las entrevistas que concedieron con motivo de su gloriosa participación en el festival Desert Trip, Jagger, Wood, Richards y Watts coincidieron en la facilidad con la que se desarrolló todo el proceso de grabación y la naturalidad con la que se decidió que la materia prima sonora fuera una colección de incunables blueseros. Como dijo hace un mes el batería de la ­banda, “este álbum es lo que siempre quise que hiciéramos. Es lo que mejor hacemos, lo que hacíamos cuando acabábamos de formar la banda”.

Y también es un disco relativamente accidental, ya que Jagger y Richards decidieron tomar la senda alternativa hacia sus orígenes después de estar varios años escribiendo canciones con las que la banda ha estado trabajando de manera intermitente durante años entre cada gira, como las apoteósicas de América Latina, que concluyó con un concierto sin precedentes en La Habana, objeto ya de dos documentales.

De hecho, los Rolling Stones han sido más o menos disciplinados en los últimos años, al intentar dar continuidad a sus energéticos directos en los estudios de grabación… sin grandes resultados. O eso cabe deducir de lo que dijo Mick Jagger –“no llenarían ni medio álbum”– no hace más de unas semanas sobre ese material ya ­compuesto y grabado que potencialmente algún día dará al esperado nuevo álbum con material propio original del grupo.

En síntesis Blue & lonesome es un disco de versiones de esos blues que el grupo ha depurado con maestría a lo largo de más medio siglo. Composiciones grabadas originalmente, en buena medida a mediados de los años cincuenta, por maestros de la talla de Howlin’ Wolf, Jimmy Red o Little Walter. Una recuperación actual de aquel poderoso blues eléctrico de Chicago, que conquistó atención y corazones de infinidad de aficionados como una versión más moderna y urbana del blues del profundo Sur. El resultado es óptimo, hasta el punto de que la opinión generalizada sobre su contenido es que hacía tiempo que Jagger no sonaba tan entregado y creíble en su condición de cantante y armonicista, y la banda tan fornida, especialmente las guitarras de Richards y Wood.

Los Rolling Stones, dato fundamental, suenan excepcionalmente implicados y resolutivos en la grabación, que se extendió a lo largo de un año sobre la marcha. Las sesiones definitivas tuvieron lugar el pasado mes de diciembre en los estudios British Grove, en West London y propiedad de Mark Knopfler. Además de los cuatro miembros de la banda, también participaron el bajista Chuck Levell y el no menos glorioso guitarrista Eric Clapton, que coincidió en el mismo complejo de grabación por otros proyectos y acabó colaborando en dos cortes.

Bajo la coordinación y las sugerencias de Don Was como coproductor del disco, la obra se registró prácticamente en tomas reales, juntos todos los músicos en un único espacio. En la primera sesión, los músicos ya habían grabado cinco temas, aunque las mezclas finales fueron incomparablemente más largas y complejas. Aun así, el sonido final de la obra busca preservar la autenticidad de todo el proceso, acorde la esencia misma del blues, una de las músicas más sinceras que existen.

Pero al escuchar la obra resultante, todo parece más fluido, confraternizado y radicalmente natural entre los integrantes de la banda. Desde el tema de apertura, un infeccioso Just Your Fool donde se puede escuchar el primero de los desbocados fraseos de Jagger con la armónica hasta el corte con el que se cierra la fiesta, un sanguíneo coverdel clásico I can’t quit you baby, de Willie Dixon, donde el morritos más famoso de la historia de la música concluye una de sus demostraciones musicales más convincentes e irreprochables en términos discográficos. La enésima demostración de que su carácter poliédrico no tiene parangón en la escena del rock.

Porque al fin y al cabo, Mick Jagger, junto al blues, es el gran protagonista de este inesperado y magnífico disco.

Fuente: La Vanguardia

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Aletia Molina