Gabriel Casillas
El fin de semana pasado se llevó a cabo la reunión anual de otoño del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), en Washington, DC, en Estados Unidos. Como he comentado en este espacio, estas reuniones son muy importantes a nivel global tanto por la asistencia de grandes personalidades en el ámbito económico y financiero, como por la relevancia de los temas que se tratan. En esta ocasión destacaron dos temas centrales: (1) La inefectividad de la política monetaria, sobre todo en el sentido de proveer un mayor estímulo a la economía; y (2) los crecientes riesgos geopolíticos, en particular las tendencia anti-gobierno, anti-globalización, anti-mercados, “anti-establishment”.
(1) Inefectividad de la política monetaria. A pesar de que una gran cantidad de inversionistas consideran que las políticas monetarias ultra-laxas son las responsables de las bajas tasas de crecimiento que el mundo –sobre todo el desarrollado-, está observando y que se esté creando una “burbuja” en los precios de los activos financieros (e.g. bonos, acciones), varios economistas que participaron en las reuniones, ofrecieron una visión distinta. En este contexto, un economista –haciendo uso de una analogía-, comentó que culpar a los bancos centrales por las consecuencias de la crisis, es similar a culpar a los bomberos que apagaron un fuego por la destrucción misma del fuego. De esta manera, las discusiones se concentraron más en definir qué es lo que puede hacer la política monetaria y qué no puede hacer. Utilizando la misma analogía de los bomberos, si se continúa vertiendo agua en un incendio que ya se extinguió tiempo atrás, no necesariamente va a limpiar las cenizas, ni va a reconstruir el edificio quemado y lo que es peor, se puede convertir en un obstáculo para la reconstrucción. Cabe señalar que esto no sólo es aplicable para las tasas negativas. De hecho, consideramos que esto es aplicable para la trayectoria lenta e incierta que han seguido las tasas de interés en algunos lugares. Debido a esto, en las reuniones se discutieron tres temas adicionales en torno a las medidas de política económica que pueden llevar a cabo los países, fuera de la política monetaria: (1) La necesidad de llevar a cabo reformas estructurales; (2) las políticas fiscales expansivas se han vuelto a tornar apetecibles; y (3) los riesgos geopolíticos se están sumando a la incertidumbre.
Cabe destacar que a pesar de que no se aprecia oposición significativa ante la recomendación de llevar a cabo reformas estructurales, los riesgos geopolíticos –creciendo a partir de los movimientos anti-establishment-, no están permitiendo que este tipo de reformas sean aprobadas. Por su parte, los riesgos de instrumentar políticas fiscales expansivas están bien documentados, sobre todo que en muchas ocasiones han provocado mayores riesgos, con beneficios muy limitados. En donde también empieza a haber consenso es que las tasas de interés negativas no son el camino a seguir. Sobre todo, porque no ha quedado claro que han podido estimular el crecimiento. Esto se ha debido a que, por un lado, las tasas negativas no han permeado hasta los consumidores y por otro lado, han tenido un impacto negativo en el ahorro, los fondos de pensiones, las compañías aseguradoras y los bancos que al tener menores utilidades, no les es posible generar capital, desincentivando así el crecimiento del crédito. En resumen, las tres recomendaciones en las que la mayoría de los participantes de las reuniones y conferencias están de acuerdo son: (1) El Banco de la Reserva Federal de EU (Fed) debe continuar aumentando las tasas de interés de manera gradual, pero haciendo un mayor esfuerzo por proveer un mayor grado de certidumbre en torno a la trayectoria que éstas seguirán; (2) los bancos centrales deben de salirse de los esquemas de tasas de interés negativas, por las razones que se comentan en el presente párrafo; y (3) los bancos centrales no deben ser “el único ‘juego’ en el pueblo”, por lo que los gobiernos deberían hacer un esfuerzo mucho mayor para lograr la aprobación de reformas estructurales y proveer confianza para que las compañías retomen programas más agresivos de inversión.
(2) Riesgos geopolíticos. Los movimientos “anti-establishment” se han apoderado de la escena política en los últimos años y se ha tornado más problemáticos. En este sentido, un hecho que se destacó es que si bien un largo periodo de crecimiento económico lento propicia movimientos populistas, los dos países que han logrado observar mayores tasas de crecimiento y menores niveles de desempleo después de la crisis, Estados Unidos y Reino Unido, son justamente los países en donde se están observando fuertes movimientos en ese sentido: Brexit (la desincorporación del Reino Unido de la Unión Europea) y el fenómeno Trump. Es por esto que se ha percibido una mayor preocupación de que estas tendencias políticas tomen fuerza en países con fundamentales macroeconómicos menos sólidos (e.g. Europa). Por el momento, el cambio de dirección política que se ha observado en Latinoamérica hacia la derecha brinda confianza a los inversionistas que asignan capital y recursos a esta región. En este contexto, en el marco de las reuniones y conferencias se dedicó una cantidad de tiempo importante al proceso electoral en Estados Unidos. Claramente se percibió optimismo ante la caída de popularidad que sufrió el candidato republicano, Trump, después de la publicación del video en donde llevó a cabo comentarios extremadamente vulgares sobre su trato a las mujeres.
*El autor es Director General Adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte.
Twitter: @G_Casillas