Esta nueva tendencia está enmarcada en experiencias eróticas que van más allá de lo que representa una relación íntima. La gran diferencia de esta con el sexo tántrico, es que retrasa la eyaculación, haciendo que las mujeres disfruten más de posiciones sexuales y de movimientos que pueden generar orgasmos y momentos de placer únicos, sin embargo, no interesa llegar al orgasmo.

El sexo Karezza hace que la pareja no tenga necesidad de explorar orgasmos de forma continua, ya que se enfocan simplemente en controlar sus instintos pasionales y en utilizar las caricias como una herramienta clave para gozar de la plenitud del sexo.

Además de crear una conexión espiritual con la pareja y con el propio yo, esta tendencia fortalece canales de atracción y entendimiento de quienes la practican con constancia y dedicación. Es importante resaltar que los puntos de excitación de todos los humanos son distintos, por lo que realizar estas práctica incide notoriamente en la forma en como nos encontramos y exploramos a nosotros mismos.

Fuente: Cromos