Si a usted le duelen los aumentos a gasolinas y tarifas eléctricas, le informo que apenas es la punta de un iceberg que pegará directo en la línea de flotación del salario, el bolsillo y los ahorros (si los tiene).
El “gasolinazo” del lunes es el mayor incremento al precio de los combustibles en los últimos 18 años. Es el eslabón más reciente de una cadena de eventos que van a golpear a la economía empresarial y familiar.
Según expertos, el impacto directo en la inflación mensual será inevitable.
Al nuevo precio de los combustibles (Magna, Premium y Diésel) súmese el incremento de las tarifas eléctricas. Para la industria, la luz sube hasta 7.5%; en el comercio podría llegar a 9%, sin contar hogares de alto consumo.
La CFE alega que las nuevas tarifas siguen siendo bajas, que sin la reforma energética las facturas serían mucho mayores y que el incremento solo afecta a un pequeño segmento de la población. En los hechos, los costos en la electricidad forzosamente deberán trasladarse al precio de productos y servicios; el alza acumulada de la energía se acerca al 25% en lo que va del año.
El efecto de estos aumentos no es marginal.
En las próximas tres semanas habremos de sumar el costo del regreso a clases para millones de padres de familia que habrán de comprar útiles uniformes y pagar colegiaturas. La mala racha extenderá hasta septiembre, antes de que la escalada de precios nos dé un respiro.
Si la coyuntura parece dura, no olvidemos añadir los costos asociados a la devaluación del peso frente al dólar. La volatilidad, que ubica el tipo de cambio cerca de los 19 pesos, impacta los precios de insumos importados para manufacturas. En casa, ya padecemos incrementos en artículos electrónicos, de cómputo, automóviles y medicamentos.
Sume la decisión del Banco de México de elevar la tasa de interés a 4.25%, anunciada en junio, que encareció préstamos bancarios y el costo de las tarjetas de crédito. Por todo esto, especialistas del sector privado cotizan aún más a la baja las proyecciones de crecimiento (de 2.36% a 2.28%).
Total, precios altos, dólar caro, tasas de interés a la alza, mínimo crecimiento y salarios estancados, hacen de este un verano peligroso.
Desata el mal humor social.
La reforma energética va bien, alegan funcionarios tecnócratas. Bien, sí, siempre y cuando leamos las gráficas de cabeza, ironiza el cartonista Jabaz, en Milenio Diario.
EL MONJE EXTERMINADOR: En lo que va del año han sido asesinados cinco presidentes municipales; en los últimos diez días, tres. ¿Alcaldes de municipios alejados de la mano de Dios están en grave peligro de convertirse en carne de cañón de la delincuencia que compra o mata? ¿Eso no es expresión del Estado fallido?