La localidad del Paraíso Checo (Český ráj) atrae a buscadores de ágatas, jaspes y otras piedras semipreciosas desde hace siglos. Sus métodos de búsqueda sin embargo perjudican la naturaleza más que nunca. La aparición de las piedras semipreciosas y el vandalismo serán otro tema del espacio ‘Panorama Checo’.
Dice una leyenda que al pie de la cima de Kozákov vivía un pastor de cabras. Un día, los animales se le dispersaron y para arrearlos, el muchacho arrojó una piedra con la que sin querer mató a una de las cabras. En breve, el triste pastor se dio cuenta de que dicha piedra tenía un valor más alto que su cabra.
Desde entonces, la cima Kozákov y los alrededores de los municipios de Doubravice y Lomnice nad Popelkou, situados en el Paraíso Checo, se han convertido en un punto de encuentro de los “cazadores” de piedras semipreciosas. El mineralogista Luboš Hromádko explicó que el origen de estas piezas valiosas se remonta a 300 millones de años atrás.
“En aquel entonces, la localidad sufrió el impacto de una actividad tectónica. Desde los estratovolcanes subieron los llamados melafires. Esta lava se solidificó, y las sustancias y los gases restantes, que no tenían a donde escaparse, formaron minerales hoy día conocidos como ágatas, jaspes y otras formas de calcedonias y cuarzos”.
Según explicó el mineralogista, para encontrar las piedras semipreciosas hay que tener más paciencia que en las décadas anteriores, y recomienda cuál es el mejor momento para su búsqueda.
“Hoy día ha bajado la producción agrícola y en los campos, donde se encuentran las piedras, se realizan aradas de poca profundidad. Por tanto, las piedras llegan a la superficie de una forma lenta. Otros campos ya están cubiertos con hierba. La mejor temporada para su búsqueda es cuando el campo está recién arado y mejor si es después de la lluvia. Entonces se ven mucho mejor”.
La fama de los ‘cazapiedras’ que se dedican a su afición de forma respetuosa se ve perjudicada por los vándalos cuyos métodos de búsqueda perjudican gravemente la naturaleza. Cortan los árboles, socavan sus raíces y tras la excavación no cubren los hoyos, que resultan peligrosos para los transeúntes. Algunos utilizan para la excavación incluso maquinaria pesada. Por tanto, numerosos propietarios de terrenos, que hasta la actualidad no se veían molestos por la presencia de los ‘cazapiedras’, decidieron poner punto final a la búsqueda hasta a los más respetuosos.
El protector de la naturaleza de la Administración del Paraíso Checo, Petr Kořínek, explicó en qué casos es posible penalizar a los “cazapiedras”.
“Desde el punto de la protección del medioambiente es posible penalizarles cuando excavan en una localidad protegida o intervienen en un monumento natural que tiene un estatuto de protección. La penalización es posible también si afectan a cualquiera de los llamados “elementos de paisaje importantes”. No obstante, estos elementos no suelen ser señalizados, y poca gente se da cuenta de que entre ellos están incluidos asimismo los bosques y estanques, pero también otros lugares”.
Para asegurarse de que la búsqueda de las piedras preciosas transcurre de formal legal, los cazapiedras pueden dirigirse a la Cantera de Votrubec (Votrubcův lom), situada en la parte sur de la cima de Kozákov. Tras el acuerdo con el administrador, tendrán la oportunidad de encontrar ágatas, jaspes, amatistas, olivinos, citrinas, calcedonias y otros tipos de piedras y sus hallazgos pueden después pulirlos en un taller local.
Fuente: Radio Cz