El cadáver del gorila Bantú, quien murió durante su traslado fallido del Zoológico de Chapultepec al de Guadajalara para su reproducción, fue abierto completamente, destazado y decapitado, según muestran imágenes de EL UNIVERSAL.
En las tomas se visualiza una plancha de metal ensangrentada en la que reposan los que se presume son restos del primate. El cuerpo está abierto y se le notan los huesos del tórax y de extremidades. Para la ex directora del Zoológico de Chapultepec, Marielena Hoyo, éstas representan una carnicería. “No estoy de acuerdo con el método que se ve en las fotografías en donde desmiembran al animal. Está bien que haya que abrirlo para tomar muestras de tejido, pero no entiendo por qué fue necesario desmembrarlo y destazarlo de esa manera”.
De acuerdo con especialistas consultados por Hoyo, en algunas ocasiones es necesario abrir todo el cuerpo con el objetivo de recabar la mayor información posible sobre las causas de la muerte. Por ejemplo, expuso, se abre el cerebro en caso de que haya sufriendo algún derrame cerebral.
En una de las fotografías se distingue que el animal fue degollado, pues la cabeza está separada completamente del cuerpo.
Al gorila le quitaron el labio inferior; incluso se visualiza cómo desprendieron parte de la piel de la cara.
En las tomas se distingue un piso blanco con sangre y un pedazo de carne tirado sobre él. Ahí hay una bolsa amarilla con manchas de sangre. De acuerdo Hoyo, en el interior se encuentran los órganos del animal. “Son bolsas sanitarias. Me preocupa el trato tan indigno y falto de respeto tener los restos en el piso. Un instituto médico de primer nivel no permite el ‘ensangrerío’ que se ve en las fotos y los órganos tirados en el piso”.
La activista consideró que se llevó a cabo un “pésimo manejo” durante el traslado del gorila, pues intervinieron 20 personas entre veterinarios y técnicos para ingresarlo a la caja. Ese animal, refirió, no estaba acostumbrado a tantas personas, en cada manejo eran mínimo cuatro personas.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) también es responsable del deceso, agregó, ya que en más de ocho años no acudió a realizar su inspección anual porque no era una prioridad; es decir, no hizo su trabajo a tiempo.
Al respecto, Tanya Müller, secretaria de Medio Ambiente de la CDMX, comentó que todo el procedimiento realizado se encuentra plenamente justificado.
Explicó que unas de las muestras que se tienen que tomar en estos casos, es de tejido cerebral y esta es la única forma en que se pueden obtener.
La funcionaria informó además que, debido a que los restos del simio pueden representar «material biológicamente peligroso», éstos serán incinerados y que para ello se han separado las extremidades del cuerpo de «Bantú»: «los hornos que se tienen en la ciudad tienen una capacidad de 70 kilos; para llevar a los animales a incineración se tienen que desmembrar en las bolsas que expone la normatividad».
La Secretaria del Medio Ambiente subrayó que es «lamentable que se hayan ltrado» las fotografías a las que tuvo acceso EL UNIVERSAL «porque ésto es parte de la necropsia».
Fuente: El Universal