Morsi, el principal acusado del juicio, también fue condenado a 25 años de cárcel. Morsi y su secretario, Amin el-Sirafy, recibieron cada uno una sentencia de 15 años de prisión por otro delito. La hija de El-Sirafy, Karima, recibió esta misma sentencia.
El ex presidente, derrocado por el ejército en julio de 2013, ya fue condenado a muerte en otro caso. Su pena de muerte y otras dos condenas —cadena perpetua y 20 años en prisión— se encuentran bajo apelación. La Hermandad fue ilegalizada y declarada organización terrorista tras la caída de Morsi.
Todos los veredictos del sábado pueden apelarse.
Los dos empleados de Al Jazeera —identificados por el juez como el productor de noticias Alaa Omar Mohammed y el editor Ibrahim Mohammed Hilal— fueron condenados en ausencia junto con Asamaa al-Khateib, que trabajaba para Rasd, una red de medios que se cree estaba vinculada a la Hermandad Musulmana, a la que pertenecía Morsi.
De momento Al Jazeera no ha ofrecido declaraciones sobre los veredictos del sábado, pero un artículo publicado en el sitio en inglés de Al Jazeera identificó a Hilal como un ex director de noticias de su canal de televisión en árabe e informó que Alaa Omar Mohammed había sido empleado de la cadena hasta el año pasado.
Los otros tres sentenciados a muerte el sábado son el productor de documentales Ahmed Afify, un tripulante de cabina de EgyptAir —Mohammed Keilany— y el académico Ahmed Ismail.
El juez Mohammed Shirin Fahmy recomendó la pena de muerte para los seis acusados el mes pasado. Bajo los procedimientos estándar en casos de pena capital, sus recomendaciones son enviadas a la oficina del gran Muftí de Egipto, la máxima autoridad teológica musulmana del país, para su aprobación.
Fahmy citó a la oficina de Mufti declarando que los seis habían intentado afectar al país cuando revelaron a otra nación detalles sobre el despliegue militar y reportes preparados por agencias de inteligencia.
«Ellos son más peligrosos que los espías, porque éstos por lo general son extranjeros, pero estos son, desgraciadamente, egipcios que traicionaron la confianza», declaró el juez. «Ninguna ideología podrá justificar la traición a su propio país».
Las relaciones de Egipto con Catar han estado cargadas de tensión desde el derrocamiento de Morsi, que contó con el apoyo del pequeño pero rico Estado en el Golfo Pérsico. El Cairo sostiene además que la cobertura noticiosa de Al Jazeera sobre Egipto y otras partes del Medio Oriente tienden a favor de los grupos islámicos militantes.
El año pasado, el presidente Abdul Fatá el Sissi otorgó el perdón a dos periodistas detenidos de la cadena de noticias en inglés de Al Jazeera. Mohamed Fahmy, un canadiense nacido en Egipto, y el egipcio Baher Mohamed fueron arrestados en diciembre de 2013. Habían sido sentenciados a tres años de prisión cada uno por transmitir lo que un tribunal describió como «noticias falsas» y cobertura tendenciosa a favor de la Hermandad Musulmana.
El enjuiciamiento de los dos, junto con el del australiano Peter Greste —otro reportero de la cadena en inglés de Al Jazeera que fue deportado en febrero del año pasado— fueron enérgicamente criticadas a nivel internacional.
Su prolongado juicio se vio enmarañado desde el inicio en la enorme enemistad política entre Egipto y Catar luego del derrocamiento de Morsi.
Fuente: La Jornada