La batalla electoral del domingo rebasa lo evidente; no sólo están en juego 12 gubernaturas, 547 alcaldías y 422 diputaciones…
La cita de pasado mañana tendrá una dosis de referéndum sobre el papel desempeñado hasta ahora por el Presidente de la República en tiempos revueltos por el cólera político; se verá reflejada la aprobación o decepción de buena parte de los mexicanos hacia el gobierno.
Los resultados también permitirán medir el peso real de los partidos con base en las preferencias de un tercio del padrón electoral.
El secretario de Gobernación, curtido en mil batallas electorales, pone el dedo en la llaga. Como responsable de la política interna del país, admite que este ha sido el proceso más despiadado y sucio del que se tenga memoria por la manera como algunos partidos, en lugar de propuestas privilegiaron señalamientos abusivos, intromisiones en la vida privada de los candidatos y sus familias y el dolo estridente cómo manejaron los spots pagados por el pueblo. Candidatos y partidos han jugado chueco; rebasaron los límites civilizados de la contienda para incurrir en difamación y desprestigio, muchas veces sin sustento, privilegiando insidia y rumor.
La contienda de pasado mañana también evidencia una ley electoral caduca insuficiente para contener excesos. Los cambios aprobados en la última década no han servido ni siquiera para fiscalizar a los contendientes (la mitad no han presentado reportes de gastos) menos para combatir las guerras de lodo.
Miguel Ángel Osorio Chong tiene razón; ese no es el camino para construir la democracia limpia y transparente que demandan los ciudadanos. Apremia al Poder Legislativo para modificar cuanto antes las normas electorales que han tolerado una democracia sucia que desalienta la participación en las urnas.
Además, el Tribunal Electoral tendrá el mayor de sus retos. Más de la mitad de las elecciones podrían ser impugnadas, hasta las últimas consecuencias, en furibunda batalla legal.
¿Eso queremos para México?
EL MONJE SUSPIRANTE: La jornada del domingo será la suma de todos los miedos electorales; marcará el posicionamiento y la estrategia de cada partido, y los anhelos de varios que ya se ven rumbo a la elección presidencial. Del triunfo o la derrota dependen los proyectos personales de Manlio Fabio Beltrones (PRI), Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle (PAN)… y la cantidad de municiones con que contará Andrés Manuel López Obrador (Morena) para tratar de llegar a “la meta”… es la neta.