Desde un ángulo nadir y con las piernas abiertas sobre el objetivo, la modelo Klara Kristin exhibe en primer plano su ropa interior de lunares. Lo que para Calvin Klein supone una manera original de mostrar su nueva colección de moda íntima, para otros constituye una imagen poética y bien ejecutada. En cambio, para el Centro Nacional de Explotación Sexual (y una enorme mayoría del público), exhibe “la representación idealizada de una víctima de upskirting”. Estas fueron concretamente las palabras utilizadas por Dawn Hawkins, director ejecutivo del organismo, en la solicitud planteada a Calvin Klein para que retirara la imagen y se disculpara por haber osado a publicarla.
Como decíamos, Calvin Klein sigue sin pronunciarse al respecto. No obstante, por su parte, la modelo ha subido la foto a Instagram acompañada de este texto: “Toda la discusión sobre ella me hace pensar en lo alienadas y asustadas que algunas personas están del cuerpo humano femenino… Sed y amaos a vosotros mismos y vuestra sexualidad”.
La sexualización de Calvin Klein constituye la estrategia más acertada para una firma multimillonaria que, a pesar de desarrollar prêt à porter masculino y femenino, complementos, perfumes, una línea de hogar y otra deportiva, es conocida entre el gran público por sus bragas y calzoncillos: probablemente, las piezas más accesibles de cuantas diseña y distribuye, y por tanto, las que más beneficios le reportarían. La táctica es replicada por Giorgio Armani o Tommy Hilfiger… pero sin lograr su posicionamiento en underwear por hallarse más centradas en otros aspectos.
Fuente: Vanity Fair