Economía

Algunas reflexiones sobre el Brexit

Publicado por
José Cárdenas

Gabriel Casillas

 

 

 

 

El jueves pasado la mayoría de los ciudadanos del Reino Unido votaron por salir de la Unión Europea. En unas horas y de manera inesperada, este hecho histórico, llamado “Brexit” –por la combinación de palabras en inglés “Britain” y “exit” o salida-, significó la ruptura de 43 años de relación comercial, financiera, política y laboral entre el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los 28, perdón, en algunos meses 27, países que forman la Unión Europea. Se ha escrito ya mucho sobre el tema en estos cuatro días. Hoy quiero compartirles tres reflexiones al respecto.

(1) La humanidad salió perdiendo. Aunque tal vez suene algo exagerado, yo considero que todos salimos perdiendo con el Brexit. La intolerancia a otras culturas se sobrepuso a la racionalidad económica y peor aún, a la práctica de los valores universales. No había argumentos económicos que mostraran claramente una relación costo-beneficio positiva para el Reino Unido, ni de corto ni de largo plazo. Los argumentos eran “emocionales” simplemente, de nacionalismo mal entendido y que desenterraban a ese británico intolerante e ignorante que una buena parte de la ciudadanía traía dentro. El escenario al que yo asignaba una mayor probabilidad era una situación similar al referéndum en Escocia en septiembre de 2014, en donde muchos ciudadanos se veían avalentonados con abandonar el Reino Unido, pero a la hora de votar, las consecuencias económicas pesaron más y decidieron quedarse. En mi opinión, el Brexit es una prueba más de la corriente anti-establishment o en contra del statu quo, particularmente anti-gobierno, que brinda apoyo a movimientos populistas, como el del Brexit o hace algunos meses del Grexit (salida de Grecia de la Unión Monetaria Europea), los movimientos “Podemos” y el separatismo catalán en España o más recientemente, a Donald Trump en EU. En este sentido, considero que esto es una consecuencia del crecimiento de la desigualdad socio-económica, que se recrudeció a partir de la crisis económico-financiera global de 2008-2009. Es un momento triste para la humanidad. Hacia delante, destaco dos asuntos: (a) Esperemos que lo que ha sucedido en Reino Unido, tanto las fuertes caídas de sus activos financieros británicos (divisa, mercado accionario, etc), como los malos augurios económicos para Reino Unido y la degradación de su calificación crediticia de parte de S&P, hagan repensar a quienes apoyan este tipo de movimientos en otros países y que no sirva para alimentarlos; y (b) debido a que es muy probable que el proceso de salida de la Unión Europea tarde al menos dos años en concretarse, esto no significa que los cambios estructurales se llevaron a cabo el viernes pasado, pero sin duda propiciará mucha incertidumbre hacia delante.

(2) Gran pérdida para el Reino Unido. El Reino Unido actualmente exporta 44 por ciento de sus bienes y servicios a los demás países miembros de la Unión Europea y 53 por ciento de los bienes y servicios que importa provienen justamente de la Unión Europea. ¿Por qué romper los tratados de libre comercio que se tienen con el principal socio comercial si la relación es tan benéfica? Pues eso decidieron hacer el pasado jueves. Asimismo, también  rompieron relaciones comerciales de manera indirecta con países que tienen tratado de libre comercio con la Unión Europea y que no lo tienen con ellos, como es el caso de México. Ahora, una opción es tratar de renegociar tratados de libre comercio con cada país, en donde es muy probable que en algunos casos los términos sean menos favorables a los que ya tenían. Por otro lado, cerca de 17 por ciento de la población económicamente activa son inmigrantes, en donde un alto porcentaje son europeos no británicos, laborando principalmente como personal de apoyo en hoteles, restaurantes, cafés, bares, hospitales y casas de retiro. En este sentido, es muy probable que tengan que modificar sus políticas de migración para atender el nuevo estatus que tendrán estos trabajadores o arriesgarse a perderlos y tener que buscar a trabajadores británicos que deseen dedicarse a esas labores y probablemente les salgan más caros. Otro tema que llama la atención, es que a pesar de que la votación fue un proceso democrático ejemplar, la mayoría de los ciudadanos británicos que votaron por desincorporarse de la Unión Europea tienen una edad promedio por arriba de los 50 años, mientras que la mayoría de los que votó por “quedarse” tienen menos de 50 años, por lo que serán los jóvenes quienes vivan más años con la decisión que tomaron los que no les quedan tantos años por vivir. Por último, ya se habla de que Escocia quiere volver a convocar un referéndum para independizarse del Reino Unido y no dejar de ser miembro de la Unión Europea y el Primer Ministro de Irlanda del Norte declaró que hará lo propio para volver a tener una “Irlanda unida” (Irlanda es miembro de la Unión Europea). En resumen, menos crecimiento económico, más inflación, posible pérdida de territorio y ciudadanía y pérdida de hegemonía global.

 

(3) ¿Nos afecta del Brexit (a México)? No se puede decir que no. Claro que nos afecta, el punto esencial es que afortunadamente a México le afecta poco de manera directa, particularmente porque nuestro comercio con el Reino Unido es de aproximadamente uno por ciento del total y veo muy probable que podamos firmar un tratado de libre comercio con ellos antes de termine su proceso de separación de la Unión Europea. Lo que sí nos afecta más es la incertidumbre que genera este proceso, sobre todo en dos vertientes: Por un lado, la posible desaceleración adicional del crecimiento global y por otro lado, el aumento de la prima de riesgo para activos financieros “riesgosos”, particularmente de países emergentes. Esto ya tuvo un efecto desde el viernes y me refiero a la fuerte depreciación del peso, principalmente con respecto al dólar de EU, así como la fuerte caída de los precios de la mayoría de las emisoras en la Bolsa Mexicana de Valores y la probabilidad de que aumenten los costos de financiamiento tanto para el gobierno, como para las empresas mexicanas. Considero que la reacción de nuestras autoridades económicas en México fue la correcta, no hacer “de más” ante la sobre reacción de los mercados, pero sí fortalecer el marco macroeconómico, como el anuncio del recorte adicional al gasto público de 0.2 puntos porcentuales del PIB y probablemente veamos también este jueves un alza de la tasa de referencia del Banco de México, como política adicional para reflejar la mayor prima de riesgo.

*El autor es economista en jefe de Grupo Financiero Banorte. 

 

Twitter: @G_Casillas

Compartir:
Compartir
Publicado por
José Cárdenas