Una valla de hombres y mujeres se interpone en el paso de los vehículos que abandonan el Complejo Petroquímico Pajaritos. La tensión es evidente.
La creencia es que los restos de los 24 muertos y de otros que supuestamente no han sido reconocidos oficialmente, están siendo sacados de la factoría en vehículos para ocultar la magnitud de la tragedia.
Por eso, cada vez que un vehículo compacto, camioneta o camión pesado abandona Pajaritos, los ánimos y el dolor se encienden al máximo hasta hacer detener las unidades, bajar a los ocupantes y realizar una revisión exhaustiva.
El método para entrar al complejo es el mismo. Sólo un integrante de la familia ingresa a las instalaciones que han sido habilitadas como Servicio Médico Forense para reconocer a los suyos con alguna marca especial, pues muchos de los fallecidos murieron completamente calcinados.
Fuente: El Universal