Hasta esta madrugada, el Sistema Nacional Anticorrupción se tambaleaba. La mayoría PRI-Verde en el Senado atora la discusión a tres días de concluir el Período Ordinario de Sesiones, aunque asegure lo contrario.
El PRD, aliado con la parte liberal del PAN, acusa al PRI-Verde de maniobras dilatorias para descafeinar la nueva ley anticorrupción que debería mantener a raya el poder y la codicia de los servidores públicos.
El bloque tricolor pretende dar vuelta a la obligación de hacer públicas las declaraciones patrimonial, de impuestos y de interés, es decir, tirar a la basura la iniciativa ciudadana “Tres de Tres”, respaldada por más de 600 mil firmas, apoyada por el anti-priismo.
Grave sería el error, tanto o más que pretender crear una Secretaría de Control Interno para sustituir a la Secretaría de la Función Pública, dizque con mayores atribuciones, para que los subalternos “tapen” a sus jefes.
Lo del Fiscal Anticorrupción “a modo” del Poder Ejecutivo delo por descontado; la fiscalización del gobierno no quedará en manos del gobierno, aunque el diablo sí podría estar en los detalles.
El tiempo corre a favor del priismo. El rebaño del “pastor” Emilio Gamboa intenta prolongar el debate anticorrupción lo más posible pero no tanto que pase del próximo sábado. No le conviene sino aprobar la reforma anticorrupción para que entre en funciones el último día de mayo; lo contrario convertiría el tema en bandera electoral. A nadie le conviene mezclar la corrupción con la lucha por los votos, pero mucho menos, a quienes hoy mantienen el control del Congreso, y la mayoría de las doce gubernaturas en disputa el próximo 5 de junio.
Esta misma tarde sabremos si hay acuerdo para que las comisiones legislativas se pongan a trabajar y en cuestión de horas se puedan discutir y aprobar en el “pleno” las siete leyes reglamentarias pendientes.
El peor escenario para el bloque PRI-Verde podría ser que el Sistema Nacional Anticorrupción termine de construirse en un periodo extraordinario, hasta julio.
Lo verdaderamente importante para los votantes, hartos de la corrupción, es dar a México una herramienta poderosa, independiente, con dientes afilados, para arrancar a mordidas el peor de nuestros males endémicos.
EL MONJE HORRORIZADO: Acapulco es el municipio más violento de todo el país, alerta el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal. Consta que un millón de acapulqueños secuestrados por la violencia claman rescate desesperado. Quienes viven un infierno quieren salir, y los de fuera ya no quieren ir, mientras el Bello Puerto naufraga.