De abril a octubre del año pasado, durante el Horario de verano, se dejaron de arrojar a la atmósfera millones de toneladas de contaminantes, al disminuir las emisiones de dióxido de carbono, que es el principal gas de efecto invernadero, y que contribuye al calentamiento global.
Además de disminuirse los impactos negativos al medio ambiente, también repercutió en cuantiosos ahorros de energía, además de favorecer positivamente a la economía.
Para ilustrar el ahorro de energía obtenido de abril a octubre que duró el programa, en el mismo ciclo, los ahorros fueron suficientes como para abastecer el consumo eléctrico de 646 mil hogares durante todo un año (con un consumo promedio de 289 kwh al bimestre).
Otro dato que ayuda a dimensionar los beneficios es el equivalente al consumo de energía de diez millones de lámparas fluorescentes compactas con focos ahorradores, encendidas las 24 horas durante un año, o lo que consume el Metro de la Ciudad de México durante 12 meses.
Fuente: Excélsior