El quinto autobús relacionado con el caso Ayotzinapa no tiene ningún rastro de transporte de drogas, establece la investigación ministerial sugerida por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
De acuerdo con información oficial, el camión 3278 de la empresa Estrella Roja no fue utilizado para transportar droga; los peritos de esta investigación verificaron la unidad en presencia de integrantes del GIEI.
El trabajo ministerial dejó en claro que las pesquisas desarrolladas por Estados Unidos ligan el transporte de droga, vía autobuses foráneos, con las empresas Vulcano y Monarca, con sede en Guanajuato y que no transportan pasajeros.
En su Informe Ayotzinapa, entregado el 6 de septiembre de 2015, el GIEI pide a la PGR investigar de manera exhaustiva todo lo relacionado con el llamado quinto autobús, a fin de descartar si fue utilizado por un grupo criminal para trasladar droga a Chicago.
El GIEI se basó en investigaciones del Departamento de Justicia de EU que establecen una conexión entre el cártel Guerreros Unidos con un grupo en Estados Unidos.
Autoridades agotaron esta línea y concluyeron que esa unidad no transportaba droga ni iba a EU.
La Procuraduría General de la República (PGR), agotó ministerialmente la línea de investigación sobre el caso Iguala que habla sobre el quinto camión que habían tomado los normalistas de Ayotzinapa en la terminal de autobuses de dicho municipio guerrerense la noche del 26 de septiembre de 2014.
Fuentes federales revelaron a Grupo Imagen Multimedia que dicho camión perteneciente a la compañía Estrella Roja, con número 3278, fue inspeccionado minuciosamente con un escáner e incluso con binomios caninos, en presencia de miembros del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), sin encontrar evidencia de que existiera un compartimiento para guardar y transportar droga.
Lo anterior derivó del planteamiento hecho por los mismos integrantes del GIEI, en su “Informe Ayotzinapa”, entregado el 6 de septiembre de 2015, donde se platea la teoría de que dicha unidad era utilizada por un grupo criminal para trasladar droga a Chicago, Estados Unidos.
El GIEI partió de informes que hablan sobre una conexión entre el cártel Guerreros Unidos en Iguala y un jefe del grupo en Chicago, de nombre Pablo Vega (lo cual consta en una declaración jurada de un agente de la DEA, según consta en el Departamento de Justicia). Estos utilizan autobuses de diversas empresas para trasegar heroína y cocaína.
Fuente: Excélsior