El gobernante de Corea del Norte, Kim Jong Un, ordenó a sus expertos que prosigan con más despegues después de que elogió a los científicos locales que participaron en el reciente lanzamiento de un cohete del país, lo que según dijo asestó un «golpe fenomenal» a los enemigos de la nación, informó el lunes 15 de febrero la prensa estatal.
A principios de mes, Corea del Norte hizo caso omiso de las reiteradas advertencias internacionales y lanzó lo que describió como un satélite de observación de la Tierra a bordo de un cohete.
Washington, Seúl y otros sectores de la comunidad internacional consideraron el lanzamiento como una prueba prohibida de tecnología de misiles y exigieron enérgicamente la imposición de severas sanciones contra Pyongyang.
La Agencia Noticiosa Central Coreana, oficial en Corea del Norte, dijo que el gobernante Partido de los Trabajadores ofreció el sábado un banquete en honor de los científicos, funcionarios y otras personalidades que contribuyeron al lanzamiento del cohete el 7 de febrero. Asistieron Kim y sus principales colaboradores.
En un discurso, Kim informó que el lanzamiento daba confianza y valor al pueblo y asestaba un «golpe fenomenal a los enemigos que pretenden bloquear el progreso de nuestro país», informó la KCNA en referencia a Seúl y Washington.
Kim dijo que el lanzamiento se decidió cuando «las fuerzas hostiles actuaban cada vez con más desenfreno para asfixiar» a Corea del Norte, e hizo un llamado para que aumenten los lanzamientos de satélites en el futuro.
El lanzamiento, que siguió a la cuarta prueba nuclear de Corea del Norte, registrada el mes pasado, agravó las de por sí tirantes relaciones entre Pyongyang y Seúl.
La semana pasada, Pyongyang expulsó a todos los trabajadores surcoreanos de un parque industrial de administración conjunta en el norte y puso la zona a cargo de las fuerzas militares en represalia por la decisión de Seúl de suspender las actividades en ese lugar.
Seúl acusó el domingo a Corea del Norte de haber canalizado alrededor del 70% de los recursos que recibió por concepto de los trabajadores en el parque fabril Kaesong hacia su programa armamentista y a la compra de artículos de lujo para la reducida elite de la empobrecida nación.
Corea del Norte logró desviar los recursos porque Corea del Sur no pagaba directamente a los trabajadores norcoreanos en Kaesong. Los dólares estadounidenses se entregaban al gobierno norcoreano, que se quedaba con la mayor parte del dinero y pagaba sólo lo que quería a los empleados en moneda norcoreana y vales para tiendas, dijo el Ministerio de Seúl para la Unificación en un comunicado.
El gobierno surcoreano se abstuvo de precisar como calculó el porcentaje. Corea del Norte ha desacreditado antes ese tipo de declaraciones.
En parque industrial conjunto, que ha sido el último proyecto importante de cooperación entre las Coreas, llegó a emplear 54.000 norcoreanos que trabajaban para más de 120 compañías surcoreanas, la mayoría pequeñas y medianas.
El proyecto, que comenzó durante una era de relativamente buenas relaciones entre las dos Coreas, combinaba la mano de obra barata norcoreana con el capital y la tecnología de Corea del Sur, un país rico.
Aunque el cierre del parque industrial Kaesong perjudicará a Corea del Norte, la zona no es crucial para la economía del país. Corea del Norte obtiene principalmente sus ingresos del comercio con China.
Fuente: El Economista