Son uno de los ecosistemas más ricos y productivos del mundo y están considerados espacios “vitales para la supervivencia humana”. De sus terrenos inundados se obtienen alimentos, agua potable, materiales de construcción o bioquímicos para medicamentos. Dan cobijo a miles de aves migratorias en todo el planeta, son grandes sumideros de gases de efecto invernadero y en torno a ellos se concentra la mayor parte de la biodiversidad mundial. Pero la actividad del hombre está acabando con ellos hasta la extinción.
Según los cálculos del Convenio Ramsar, un acuerdo internacional creado en 1971 para la protección de los humedales, entre un 64% y un 71% de estos espacios ha desaparecido en los últimos cien años. Su degradación, además, avanza a un ritmo del 1,5% anual, arrasando miles de especies que se nutren de su entorno para sobrevivir.
La Evaluación de Ecosistemas del Milenio estima que de las 964 especies de aves que son particularmente dependientes de los humedales, 203 (el 21%) se han extinguido ya o se encuentran en peligro. Lo mismo ocurre con el 37% de los mamíferos, el 20% de los peces de agua dulce, el 43% de las especies de anfibios y el 50% de las especies de tortugas de agua dulce. Igualmente, de las 23 especies de cocodrilos que habitan en pantanos, ciénagas, ríos, lagunas o estuarios, 4 están en peligro crítico, tres en peligro y otras tres son vulnerables.
“Durante muchos años los humedales han sido vistos como espacios que no servían para nada”, dice a Público David Howell, coordinador de Políticas Ambientales de Seobirdlife. “No eran lugares bien vistos, eran sitios donde la gente tiraba la basura o directamente se secaban para favorecer las construcciones o porque se consideraba que propiciaban las enfermedades”, añade Blas Molina, del área de Estudio y Seguimiento de Aves de la organización.
El concepto que se tiene sobre los humedales ha mejorado en los últimos años, pero siguen sometidos a la fuerte presión derivada de los cambios en los usos de suelo para la agricultura o el urbanismo, a pesar de que la Evaluación de Ecosistemas del Milenio considera que, en la mayoría de los casos, el valor económico de estos espacios es mayor cuando no se alteran sus usos. La sobreexplotación de los acuíferos, la contaminación, las especies invasoras o el cambio climático amenazan también su supervivencia. Sólo en España, al menos un 40% de ellos presenta un estado de conservación “preocupante”, denuncia Seobirdlife.
Nuestro país es uno de los grandes representantes internacionales en este tipo de ecosistemas. Desde que ratificó el Convenio Ramsar en 1982, España ha ido escalando posiciones en la lista de países con mayor número de humedales catalogados entre los más importantes del mundo. Hasta 74 humedales españoles forman parte de la lista Ramsar, sólo por detrás de Reino Unido y México, pero su degradación no escapa a las estadísticas globales.
Ecologistas en Acción ha identificado 26 humedales “gravemente amenazados”, entre ellos el Delta de l’Ebre, en Tarragona, o Ruidera y las Tablas de Daimiel, en Castilla-La Mancha. Seobirdlife habla, por su parte, de 30 humedales en estado “pobre” o “muy pobre”, que incluye asimismo un buen número de espacios importantes como L’Albufera de Valencia, Urdaibai (en Bizkaia) y la Bahía de Cádiz, entre otros. Más allá de las cifras, los ecologistas coinciden en denunciar la gestión que las administraciones hacen de estos espacios y piden “medidas extraordinarias”.
“Los datos reflejan que la planificación hidrológica de España no da cumplimiento a las exigencias de la Unión Europea. La política de agua de nuestro país, lejos de favorecer la mejora de estos ecosistemas, puede llegar incluso a ser perjudicial. Necesitamos unos planes hidrológicos distintos a los publicados recientemente en el BOE”, señala Asunción Ruíz, directora ejecutiva de Seobirdlife.
La Comisión Europea abrió un expediente de infracción a España el año pasado por la gestión de sus espacios de la Red Natura 2000, la principal medida de conservación de la naturaleza dentro de la Unión Europea, que incluye una red de áreas de especial protección dentro del territorio comunitario. Además, Bruselas publicó un informe con hasta 100 propuestas de mejora para los planes hidrológicos españoles para adaptarlos a la Directiva Marco del Agua. El Gobierno acaba de aprobar los nuevos planes, pero los ecologistas denuncian que “apenas ha habido cambios sustanciales con los anteriores”.
«La importancia de este enorme y exclusivo patrimonio natural ha sido tradicionalmente infravalorada y poco percibida por la sociedad. Es imprescindible que las administraciones presten la necesaria atención a la conservación de los ecosistemas acuáticos”, denuncia Ecologistas en Acción.
Fuente: Sin Embargo