En la víspera de la visita del Papa Francisco a Morelia, el gobierno federal y el del estado reforzaron la seguridad en la capital michoacana con un operativo que incluye retenes en las carreteras y en los principales accesos a la ciudad y patrullajes en las calles.
El operativo incluye la participación del Ejército, la Marina, la Policía Federal y policía estatal, no solo por la presencia del Pontífice sino porque su recorrido se dará en un contexto en el que la violencia no ha bajado.
Apenas el 11 de febrero el gobierno del estado declaró la desaparición de las autodefensas que se organizaron hace tres años en los municipios de Buenavista Tomatlán y Tepalcatepec, ante la presión del cártel de Los caballeros templarios que opera en esa zona de Tierra Caliente.
La violencia en el estado ha cumplido ya 15 años debido a la lucha territorial de grupos del crimen organizado y recuentos periodísticos locales dan cuenta de al menos 5 mil 500 asesinatos, desde 2006, por disputas entre bandas de delincuentes, secuestros, venganzas y lo que el gobierno de Felipe Calderón denominó “víctimas colaterales”.
La violencia se recrudeció después de que aquí el propio Calderón declaró la guerra al crimen organizado. A este panorama se suma la migración, el abandono de los pueblos indígenas, la desaparición forzada de las personas y una pobreza imbatible.
De acuerdo al programa oficial del Papa, este martes sostendrá una reunión con el clero michoacano en el estadio Venustiano Carranza a las 10 de la mañana, donde se espera la presencia de 600 niños minusválidos o con enfermedades terminales; una visita a la Catedral a las 14 horas, y a partir de las 16 horas una misa multitudinaria en el estadio Morelos con miles de jóvenes.
Fuente: La Jornada