El espinoso pleito entre Arturo Escobar vs Santiago Nieto no ha sido solo un tema jurídico. También es un duelo de poder, por cierto disparejo, sin tregua ni piedad.
Desde que el acelerado fiscal electoral filtró a la prensa la petición de captura del ex Subsecretario de Gobernación las cosas han devenido en riña callejera, con graves daños colaterales.
Si la indiscreción de Santiago Nieto provocó la renuncia y lapidación de Arturo Escobar también abrió un boquete en la credibilidad de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE).
El “partido del tucán”, con apoyo de la maquinaria tricolor aliada, ha echado mano a todos sus fierros para pelear por el prestigio de su ex vocero; instituciones, funcionarios, legisladores y algunos medios de comunicación se han sumado al ataque sin piedad para cortar la cabeza del fiscal enemigo. El embate “verde” contra Santiago Nieto intenta desenmascarar a quien desde el poder “poderoso” llaman farsante y tramposo; perverso y mentiroso.
Por fin el acusado redimido, Arturo Escobar, da la cara; arremete contra Santiago Nieto por hacer lo contrario. Lo acusa de intentar una carrera política a sus costillas; de haber dañado su vida familiar y política; de darle un golpe brutal. Pronostica que su victimario no saldrá limpio de la afrenta; que se encuentra bajo sospecha de conflicto de interés al haber omitido su cercanía con el PRD cuando era aspirante a la fiscalía electoral; que está arrinconado, sentencia.
El ex operador del Partido Verde se soba cada golpe recibido. No es ingenuo; sabe que es prácticamente imposible volver a ocupar un cargo público a pesar de haber sido exonerado y no tener cuentas pendientes con la ley.
Del otro lado del drama, Santiago Nieto calla, pero tira otra mordida. Ahora el titular de la FEPADE filtra que Adrián Escobar –hermano del presunto culpable inocente– será investigado por la contratación ilegal de cine minutos a favor del Partido Verde en tiempos prohibidos.
¿Será pura casualidad?
EL MONJE LOCO: Las beneméritas causas del activismo ciudadano pretenden echar más gasolina a la hoguera. Hay quien intenta de sugerir nombres para llenar el hueco que dejó Arturo Escobar en la Subsecretaría de Prevención del Delito y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación. En la guerra del poder, no falta el oportunismo. Tampoco guajolotes, zopilotes, ni chimuelos masca tuercas.