La orden llega luego de que las cifras de la Patrulla Fronteriza mostraran que más de 10 mil niños sin acompañante cruzaron a Estados Unidos durante octubre y noviembre, lo que representa el doble de cruces en los mismos dos meses del año pasado.
El repunte ya provocó que la Patrulla Fronteriza abriera dos albergues en Texas y uno en California.
«Texas no permanecerá inactivo frente a este reto», dijo Abbott. «No seremos victimizados como estado por la respuesta apática del gobierno federal en cuanto a la seguridad fronteriza».
Soldados de la Guardia Nacional fueron primero desplegados por el ex gobernador Rick Perry en 2014. Envió a más de mil aunque sólo unos cientos permanecían en meses recientes.
Abbott, quien asumió el cargo en enero y autorizó hace algunos meses un presupuesto récord para seguridad fronteriza por 800 millones de dólares, no indicó cuánto tiempo duraría el despliegue. Abbott previamente se negó a decir cuándo terminaría la misión de la Guardia Nacional, al decir que no quería que los soldados dejaran Texas hasta haber entrenado a cientos de nuevos agentes policiales para remplazarlos.
El gobierno estadounidense no desea que se repita la crisis a la que se enfrentó en el verano del 2014, cuando decenas de miles de niños y familias atravesaron la frontera sin autorización, y las áreas de detención de la Patrulla Fronteriza se saturaron y había incluso niños durmiendo en el piso.
La Casa Blanca calificó la masiva llegada de niños migrantes solos como una «crisis humanitaria».
Fuente: La Jornada