Los 43 normalistas desparecidos no fueron incinerados en el basurero municipal de Cocula según la nueva versión del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que insiste en cavar más hondo la tumba de la “verdad histórica” acuñada por el ex procurador Jesús Murillo Karam.
No se puede hablar de conclusiones porque el trabajo de los especialistas internacionales ofrece indicios sin certezas. Según el GIEI fotografías satelitales muestran que aquel fin de semana fatídico del 26 y 27 de septiembre del año pasado sí hubo una hoguera, pero no en el lugar señalado por la autoridad federal. También dan cuenta del hallazgo de cartuchos percutidos en la comunidad de Santa Teresa.
El GIEI demanda revalorar las declaraciones de los elementos militares del 27 Batallón de Infantería que estuvieron cerca de los hechos.
La indagatoria debe reencausarse, buscar en otros lugares, aunque el GIEI niega decir en dónde.
El GIEI recomienda no retirar las acusaciones contra el centenar de detenidos, o modificar la indagatoria por desaparición forzada y participación de policías municipales de Iguala y Cocula.
En resumidas cuentas, el trabajo de los investigadores extranjeros se apega en lo básico a la versión oficial pero mete al diablo en los detalles, que no dejan de ser relevantes pero parecen insuficientes para descalificar de raíz todo el trabajo previo de la PGR.
No es que la institución judicial haya demostrado absoluta pulcritud ni tampoco que la capacidad de los investigadores mexicanos pueda librar cualquier sospecha, sin embargo, la segunda etapa de la investigación independiente parece tener hasta el momento poco que aportar o siquiera un rumbo definido.
El parte de novedades ofrecido por tres de los cuatro expertos (Ángela Buitrago, Carlos Beristaín y Alejandro Valencia) cumple en apariencia con la misión de encontrar inconsistencias, aunque no ayuda a vislumbrar una verdad más sólida que la criticada versión de Murillo Karam.
Dirán que el trabajo corresponde a la PGR, pero la coadyuvancia del GIEI ha servido para hacer ruido y avivar las llamas de la politización sin freno del pavoroso caso.
DATO DURO: Revive Aguascalientes al Partido del Trabajo. 13 mil 180 votos obtenidos en la elección extraordinaria del distrito 1 de Aguascalientes le dieron el oxígeno para no morir de asfixia; los votos valen oro puro. El PT no sólo mantendrá el registro, también 300 millones de pesos en prerrogativas. ¿Los milagros existen? Pregúntele a Alberto Anaya.