El gobierno británico decidió suspender todos los vuelos procedentes de la ciudad egipcia de Sharm el Sheij con destino a Reino Unido ante la preocupación de que el Airbus que se estrelló el sábado en el Sinaí, con 224 personas a bordo, pudiera haber sido derribado por un «artefacto explosivo».
Se trata de «una medida de precaución», según ha informado Downing Street, tomada después de que «más información haya salido a la luz». Expertos en aviación se dirigen a Egipto para realizar una evaluación de las medidas de seguridad en el aeropuerto de la localidad turística de Sharm. La evaluación se espera que concluya hoy miércoles por la noche.
Esta mañana, el autodenominado Estado Islámico (ISIS) se reafirmó en su alegación de que la tragedia fue producto de un atentado y no de un fallo técnico. De momento, y mientras los expertos analizan las cajas negras del aparato, las autoridades egipcias y rusas no han descartado ninguna hipótesis pero no contemplan la hipótesis del atentado como la más probable.
«Decimos a los que lo niegan y dudan: morid de rabia. Nosotros, por la gracia de Dios, fuimos los que lo derribamos, y no estamos obligados a revelar el mecanismo … Lo haremos en el momento que queramos y de la forma que queramos», dice un presunto portavoz del grupo yihadista en la grabación de voz, colgada en una cuenta afín de twitter. Unas horas después del atentado, la filial egipcia del ISIS, Wilayat Sina (Provincia del Sinaí), ya aseguró ser responsable de que el avión se estrellara, pero no aportó ninguna prueba que permitiera verificarlo.
El Airbus A-321 de la compañía rusa MetroJet (Kogalymavia), que cubría la ruta entre la ciudad egipcia de Sharm el Sheij y San Petersburgo, se estrelló el pasado sábado causando la muerte a las 224 personas que viajaban a bordo.
Las causas del siniestro están siendo investigadas y por el momento ha trascendido que el avión se destruyó en el aire 23 minutos después de despegar.
Fuente: Azteca Noticias